Hay acontecimientos históricos que están tan condicionados por un personaje concreto que les imprime su sello personal, que es inevitable interpretarlos no sólo en términos de ideología o de análisis objetivo de los hechos, sino también de psiquiatría. Algunos jefes de estado y muchas personas del montón padecen y han padecido a lo largo de la historia una grave enfermedad llamada paranoia o complejo de persecución: sienten que el resto de la humanidad conspira contra ellos, los espía o los persigue, aún sus más íntimos partidarios, colaboradores, cómplices, secuaces o como los queramos llamar. Ellos los lleva, independientemente de que sean de derechas, o de derechas a fuer de izquierdistas, a imponer un estado policiaco, a ejecutar cada cierto tiempo (literalmente) purgas entre los suyos, porque son los que más fácil lo tienen para derrocarlo, y a establecer un culto a la personalidad exagerado hasta los extremos de lo grotesco. Los casos más a mano que se me ocurren son Calígula, Cómodo, Heliogábalo, Hitler, Stalin, Mussolini, Ceaucescu, Mao, Kim-Il-Sung, Sadam Hussein, Franco, Trujillo, Gómez, Duvalier, Macías (cada nación debe tener su ejemplo histórico) o, por citar alguno de los que todavía viven, Gadafi. Digo todavía con bastantes reservas de que a estas horas (martes 22 de febrero de 2011 a las 1.27 a.m. GMT) sea el término más apropiado, dada la situación en Libia. ¿Algún estado del mundo se atrevería a darle asilo a semejante sátrapa a riesgo de convertirse en un paria internacional? Más le vale morir matando asediado en su palacio.
No hace falta ser ningún fino analista político para prever que dentro de pocos días será universalmente execrado por ese mundo de las relaciones diplomáticas que hasta hace poco bien le cortejaba, como lo demuestran las fotografías que ilustran este artículo.
Obama, Sarkosy, Blair, los demás dirigentes árabes, etc, por el poder que da producir 1,7 millones de barriles de petróleo diarios y servir de supuesto baluarte contra el islamismo. Los presidentes Chávez, Morales y Ortega por ganárselo como aliado en un incipiente frente antiimperialista mundial, Chávez además en la OPEP, Morales en una futura “OPEP del gas”. Todos han cortejado a ese individuo aunque en su fuero interno seguro que le detestaban profundamente. No lo condenarán en serio hasta que sea depuesto. El pueblo libio estará orgulloso de poder decir en el futuro “nadie nos ayudó a derrocar al tirano”, pero ¿No se les ha ocurrido a estos jefes de estado que esta condena hubiera salvado muchas vidas si hubiera sido hecha antes?
Es muy triste esta entrada, porque da a entender la tremenda ignorancia de su autor o, lo que es peor, la mala fe de éste. No me extraña que le guste la hoy degenerada web Kaosenlared. Es evidente que la "izquierda" proimperialista no es un mito.
ResponderEliminarSaludos.
Estimado compañero: digo estimado porque todo el que lee mi blog y se digna escribir un comentario merece mi estima, aunque el comentario no sea afortunado; digo compañero porque eres bloguero contrainformativo igual que yo, aunque acabes disparando incluso contra los que están en tu misma trinchera. He leído la despedida que haces de tu blog “La Imprenta de Far”, que abandonas porque según tú “en el último trimestre he visto cómo me han expulsado veladamente de sitios en que colaboraba, he visto que han suprimido comentarios míos en webs de las que incluso era seguidor”, lo que te hacía sentir “un fracasado, un frustrado, un grito ronco en el desierto”. Viendo tu comentario a la entrada de mi blog, no me extraña. No es esa la forma correcta de ir por la vida.
ResponderEliminarPuede que Stalin o Kadaffí únicamente necesiten aduladores, testaferros, esbirros o carniceros, pero para luchar contra el Imperio de forma competente sin hacerle el juego, ni crear otro emperador peor aún, hacen falta cualidades humanas que hay que cultivar primero. No seas tan intransigente con quien no comparte tu estrecho ideario y ábrete un poco a las opiniones de los demás.
La enfermedad mental de una sola persona hizo mucho daño en el pasado al pueblo soviético, y condiciona mucho la lucha actual del pueblo libio y de los demás pueblos árabes por su libertad. Por eso insisto en que flaco favor le hace a los pueblos quien le sigue la corriente a los paranoicos que los tiranizan. Kaos en La Red tiene la sublime virtud de permitir diversidad de opiniones sin censura previa, pero no parece que tú eso lo valores mucho.
Que tengas suerte