José Martí nos enseña que quien resiste con perseverancia acaba trinfando

TRES HEROES - José Martí

Hay hombres que viven contentos aunque vivan sin decoro. Hay otros que padecen como en agonía cuando ven que los hombres viven sin decoro a su alrededor. En el mundo ha de haber cierta cantidad de decoro, como ha de haber cierta cantidad de luz. Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres. Esos son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que les roban a los pueblos su libertad, que es robarles a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana. Esos hombres son sagrados.




Un hombre solo no vale nunca más que un pueblo entero; pero hay hombres que no se cansan, cuando su pueblo se cansa, y que se deciden a la guerra antes que los pueblos, porque no tienen que consultar a nadie más que a sí mismos, y los pueblos tienen muchos hombres, y no pueden consultarse tan pronto. Ese fue el mérito de Bolívar, que no se cansó de pelear por la libertad de Venezuela, cuando parecía que Venezuela se cansaba.



jueves, 28 de enero de 2010

Por encima de la Ley o de cómo hacerse rico con la complacencia de las autoridades

El comité del Sureste del partido Alternativa Sí se Puede por Tenerife publica en su boletín nº6 de invierno de 2010 un artículo sobre un conocido especulador que se ha hecho rico gracias a la complacencia de las autoridades. No tiene desperdicio. Si lo leen, adivinarán de qué personaje estamos hablando.




A veces la historia hace célebres a personajes que merecería la pena olvidar, pero cuyo recuerdo nos sirve para no volver a repetir un pasado nefasto que ha dejado una triste huella en nuestra sociedad y en nuestro territorio. Por eso muchas veces se escriben sus vidas y “hazañas”: para poder disponer de una página que pasar. El personaje del que les vamos a hablar hizo su fortuna en el Valle, primero con los áridos y luego con la construcción, prosperando gracias a la actitud complaciente de las autoridades locales, hasta acabar siendo una potencia en la economía insular



El mismo que compró eriales en la costa de Granadilla a precio de saldo en lo que luego se convirtió en polígono industrial, que espera revalorizarlos hasta el infinito cuando se construya un puerto totalmente innecesario, que participa en el accionariado de GASCAN para construir una regasificadora que justifique ese puerto, y que ha sido agraciado con la contrata de la obra del mismo puerto, se atreve a decir cuando por fin la justicia le paraliza la obra por ilegal, después de reunirse con el señor Paulino Rivero, que “la culpa de que el puerto de Granadilla esté en los tribunales la tienen los que han hecho las leyes (...) Le dijimos al presidente: señor presidente, las leyes no las han hecho los ciudadanos, las han hecho los políticos y los diputados que están en el Parlamento de Canarias han hecho ley tras ley y ahí tenemos las consecuencias”. Este personaje debe pensar que está por encima de la ley, o que el único ciudadano de Canarias es él, o que tiene derecho a la misma complasencia por parte Parlamento, del Gobierno de Canarias, de los tribunales y de la divina providencia. Y con razón debe pensarlo, porque se suman los hechos en los que la propia administración pública es la que facilita sus negocios.

No hace falta volver a salirnos de éste nuestro Valle. Pongamos ejemplos de aquí. En la primera planificación del Tren del Sur se planeaba hacer las cocheras al lado de la autopista, frente a la montaña de El Socorro. Nuestro hombre, siempre bien informado antes que nadie, se hizo con todos los terrenos aledaños a esta zona con la idea de que, o bien se los tendrían que expropiar para hacer dichas cocheras a un precio muy superior al valor de compra, o bien al Polígono Industrial sólo le quedaría la opción de crecer hacia sus nuevas propiedades. Finalmente, el Cabildo de Tenerife decide trasladar las cocheras a Las Eras (Fasnia), y nuestro “amigo”, que ve cómo pierde un buen negocio, decide en nombre de su hija, solicitar el movimiento de tierras en una zona agrícola para hacer una plantación de fresas a principios de 2008.

Una vez efectuado este movimiento de tierras, en lugar de plantar fresas lo que hace es un depósito ilegal de maquinaria de sus obras que le sobra en tiempos de crisis. Mientras, el Ayuntamiento de Güímar hace la vista gorda y deja hacer a este constructor. En noviembre de ese mismo año, Alternativa Sí se puede por Tenerife solicita información sobre la legalidad de este depósito. Casi un año después la información sigue sin llegar.

Otro ejemplo de sus tristes hazañas está en la fisonomía que muestra hoy el Puertito de Güímar, con edificaciones ubicadas en dominio público, donde la administración hace la vista gorda, pero que hoy son viviendas de alquiler, que no se tiraron… ¿será que al ser ilegales no se pueden vender? En esta zona, de una vieja urbanización inicial en la playa del Cabezo, sin nombre vernáculo, se ha pasado a tener parcelas con el nombre del archipiélago entero, con los islotes e islas imaginarias incluidas entre las denominaciones de sus nuevas construcciones. El sujeto en cuestión puso hasta un nombre para su Seseña güimarera en un muro que hay en uno de los extremos. El asunto tiene tela que cortar, porque esta miniciudad está en la desembocadura de la mayor cuenca hidrográfica de Canarias, por la que en 1826 estuvo bajando agua durante varios días a lo largo de kilómetro y medio de costa…

Pero mientras allí se fabricaba, sucedían otras cosas un poquito más arriba. En ese tramo bajo de los barrancos de Güímar, el hombre se dedicó hace años a extraer áridos (que es el nombre fino que le dan al revuelto para la construcción). Los sedimentos que los aluviones de los barrancos depositaron a lo largo de miles de años los extrajo este señor en varias docenas de meses, vendiéndolos a muy buen precio, la verdad. Luego, en los enormes agujeros sembró plataneras (que en esos años recibían jugosas subvenciones públicas para alentar un cambio de variedad: de ‘Pequeña’ a ‘Gran enana’). Grandes fueron, en efecto, las ayudas recibidas —pensadas originalmente para ayudar a agricultores pequeños y medianos, y no a multimillonarios de la construcción que “diversifican” su actividad y colocan su dinero en sectores más difíciles de controlar por el fisco—. Las plataneras hay que regarlas, claro, así que ahí mismo se excavó un pozo. Pero como la orilla del mar queda cerca, y los sedimentos del barranco son porosos, no tarda en salir agua salobre por el tubo que bombea desde las profundidades. No contento con transformar las condiciones del paisaje terrestre, el hombre se dedica también a modificar las del subsuelo, provocando en el acuífero una intrusión marina (contaminación por agua salada) como un día de fiesta. Lo lógico era dejar de bombear, y que la lluvia y la infiltración de agua dulce fueran arreglando poco a poco el estropicio a un acuífero que es, por ley, de dominio público. Pues no señor: se instala una desaladora en la boca del pozo, y a seguir bombeando agua de mar, que son dos días. Que conste que las desaladoras al servicio de la agricultura también reciben subvenciones (pensadas también para otra cosa: mejorar el agua de galerías en zonas muy contaminadas, no para pozos costeros causantes de su propia contaminación). Ayudas públicas muy cuantiosas hubo también para recubrir los plátanos con invernaderos, aprovechando la ‘moda’ (y de paso limitar la polvasera que las demás extracciones de áridos de este señor, y otros como él, provocaban más arriba de la autopista).

Pero ahora que ya están cobradas las subvenciones… la verdad es que esto de la agricultura no rinde mucho; sobre todo acostumbrado a los ingentes beneficios que daba la construcción y la promoción mientras se hinchaba la burbuja inmobiliaria. Por falta de suerte que no sea: el 29 de noviembre de 2005 una tormenta tropical sacude duro al Archipiélago, cebándose de modo especial sobre el Valle de Güímar. Los invernaderos, al piso (menos mal que salieron gratis). A cobrar la ayuda compensatoria por la tormenta Delta que dio la Consejería de Agricultura (aparte del seguro privado). Todo sea por apoyar la agricultura, tan maltrecha. ¿Cómo? ¿Volver a cultivar? Olvídese. A ver si dentro de unos años el Ayuntamiento recalifica los terrenos, pegadito a lo que ya está fabricado más abajo. Total, las plantas y los garajes subterráneos ya están excavados.




Eso si antes no vuelve a llover, como en 1826 ó 1950 (o como en Santa Cruz en 2002), y esos cráteres de los barrancos y esos edificios bloqueando la salida, no provocan una tragedia social de proporciones catastróficas. Si la desventura hiciera que eso llegara a ocurrir, o si la fortuna nos sonriera y la historia sólo conservara el recuerdo de nuestro protagonista en este boletín, además de en las innumerables huellas que quedarán en el territorio y en la memoria de muchas personas, de alguna manera deberá quedar constancia de que la autoría de estas hazañas no recae sólo en nuestro personaje.

Tan culpables como él son aquéllos que alientan, favorecen y afianzan sin miramientos sus negocios. Éstos que hoy en día administran el presente y el futuro de este pueblo y de esta tierra: los ayuntamientos, el Cabildo y el Parlamento de Canarias.

martes, 26 de enero de 2010

PAÑALES PARA PERROS EN CANDELARIA


¿No? Pues no se la pierdan. Si pinchan en el enlace verán una demostración en video en la portada de la página web del ayuntamiento http://www.candelaria.es/ en la que se enseña cómo ponerle pañales a un perro, incluyendo sacarle el rabo por el agujero correspondiente.

El origen de la campaña está en que en julio del año pasado a alguien se le ocurrió la genial idea de adquirir 20.000 pañales para perro en Candelaria y repartirlos para que los animalitos hicieran sus necesidades sin que el dueño tuviera que molestarse en recogerlas del suelo ¿Serán materiales radiactivos? La iniciativa fue justamente criticada por los grupos de la oposición, y finalmente no se llegaron a repartir los pañales, pero el video continúa en la página del ayuntamiento hasta el día de hoy 26 de enero de 2010.

No saldría el asunto del terreno de lo anecdótico si no fuera porque la broma salió por 17.000 euros. Ignoramos si los pañales continúan almacenados en algún sitio, y si a alguno se le dio el empleo previsto. El asunto causó que algunos ciudadanos o ciudadanas repartieran el siguiente panfleto. Juro que yo no lo hice, pero siento sana envidia por sus autores o autoras.


Sería interesante saber si los 17.000 euros ya se han abonado o si el beneficiario de la subvención continúa sin cobrar, en qué partida presupuestaria se incluyó el gasto, y cómo se le justificó al interventor, ya que los dichosos pañales no se llegaron a repartir.

domingo, 24 de enero de 2010

EL TREN DEL SUR DE TENERIFE, O EL DESPILFARRO DE LA ALTA VELOCIDAD

Cuando la energía se hace cada vez más escasa y cara, la velocidad se convierte en un lujo. La potencia que desarrolla un vehículo al moverse (y por tanto la energía que consume) es proporcional a la velocidad al cuadrado: un vehículo que se mueve a 200 Km/h está consumiendo cuatro veces más energía que el se mueve a 100 Km/h. El que se mueve a 300 Km/h, nueve veces más. Teniendo en cuenta que a 200 Km/h se tarda la mitad de tiempo, la energía consumida a todo lo largo del trayecto (el combustible en un coche o en una guagua, la electricidad en un tren) acaba siendo el doble cuando lo hizo a 200 Km/h que cuando lo hizo a 100 Km/h. Los transportes de alta velocidad deben repercutir su mayor coste en el precio del billete. Esta es la razón de que el billete del AVE de Madrid a Barcelona que tarda 3 horas cueste 109 euros en clase turista, el tren ALVIA que tarda 5 horas cueste 65,80 euros en clase turista, y la guagua que tarda 8 horas cueste 28 euros. Por comparar con trayectos más parecidos a los insulares, el AVE de Madrid a Toledo tarda media hora y cuesta 9.45 euros, mientras que la guagua tarda una hora y cuarto y cuesta 4,71 euros.


¿Va a costar el billete del tren de alta velocidad del Sur de Tenerife lo mismo que el de la guagua, como demagógicamente nos insinúan? Eso significaría que, dado que ambas empresas son del cabildo, se estaría primando el transporte de alta velocidad a costa de descuidar el transporte en guagua. En el caso de que el billete del tren fuera más caro, como corresponde ya que sus costes son mayores ¿Reuniría el tren suficientes viajeros que justificaran ese servicio meteórico de 42 minutos, cuando la guagua de TITSA Santa Cruz – Las Américas apenas tarda poco más? La estación prevista para el tren en Las Américas está en realidad en Fañabé, asi que muchos usuarios seguirán prefiriendo la guagua porque les deja en el centro de Las Américas. La estación de Candelaria está en realidad en Puntalarga por encima de la autopista (para aprovechar la arenera de PPL, situada en un barranco, para aparcamientos subterráneos), así que muchos vecinos de Candelaria preferirán seguir cogiendo la guagua que para en el casco urbano.

Para las personas con prisa y con dinero tiene sentido ahorrase 5 horas en el viaje de Madrid a Barcelona. El tren de alta velocidad de Madrid a Toledo puede estar justificado porque Toledo se ha convertido en una ciudad – dormitorio de Madrid, estando ambas ciudades separadas por la terrible estepa castellana, pero Tenerife es un territorio de población dispersa y continua. Un tren de alta velocidad ha de tener las menos paradas intermedias posibles, o habrá de estar siempre frenando y nunca desarrollará su velocidad punta. Eso conduce a que sólo tenga 7 paradas: Santa Cruz, Añaza, Candelaria, San Isidro, Aeropuerto Reina Sofía, Los Cristianos y Las Américas. Sangrantemente, los vecinos de Arafo, Güimar, Agache, Fasnia y Arico verán pasar al tren de largo. En cambio un tren de cercanías que circule a velocidad normal puede parar en todos los lugares donde haga falta, y sirve para su verdadera función, que es conectar el territorio; pero para eso ya tenemos la guagua. Ese tren de cercanías Candelaria – Güimar que han prometido ahora es un despropósito para tapar el disparate.

En el estudio del propio plan se parte de que los usuarios diarios de la guagua que van al sur actualmente son 5.000 al día, y que los usuarios del coche son 30.000 diarios. Irrealmente, se asume que los usuarios del tren serán 30.000 pasajeros diarios (trenes de 350 viajeros cada 15 minutos), es decir 6 veces más de los que actualmente cogen la guagua, y tantos como los que ahora van en coche. ¿No es una previsión demasiado optimista? Si todo el mundo va a ir al Sur en tren ¿Para qué hay que poner un tercer carril en la autopista? Mucho nos tememos que ese tren va ir casi vacío.

La electricidad con que funcione el tren será la que chupe de la red, es decir en un 90% procedente de las centrales térmicas de la UNELCO. No es verdad que contribuya a disminuir las emisiones de CO2.

El presupuesto inicial era de 534 millones de Euros, ahora es más del triple, 1.803 millones de Euros (300.000 millones de las antiguas pesetas). Con una mínima parte de este dineral se podría poner en Tenerife un servicio de guaguas perfecto, incluso con guaguas eléctricas. Se supone que en un 80% será financiado por el ministerio de fomento ¿Sabrán de donde lo van a sacar? Esta parece ser la verdadera razón de este despropósito: no hay dinero para lo necesario, para mejoras en las guaguas, o incluso para un tren de cercanías, pero sí para el lujo, para un tren de alta velocidad en una isla en la que apenas tiene espacio para acelerar y frenar, para ganarle apenas unos minutos a la guagua, y que va a ir casi vacío porque está sobredimensionado para justificar la inversión.

Por eso, y por que además supone un impacto brutal sobre el paisaje y el medio ambiente, es necesario potenciar la guagua, si es necesario dedicándole un tercer carril de la autopista, y desechar el tren de alta velocidad.

miércoles, 20 de enero de 2010

CHO MANUEL GARCIA ALONSO, CRONISTA DEL PUEBLO

Cho Manuel es agricultor, jubilado de la CEPSA, cabrero y sobre todo, cronista y poeta del pueblo en los dos sentidos de la palabra: escribe sobre su pueblo, Igueste, del que conoce cada rincón como la palma de su mano, y procede del pueblo. Fruto de su conocimiento de la tierra es el libro "Toponimia Antigua del Valle Sagrado de Igueste de Candelaria", donde vuelca su propia experiencia, la tradición oral y lo que indaga por su cuenta en los archivos. Comprometido con su gente, ha escrito un grueso volumen todavía inédito, "Historia del Comienzo de Cho Vito-Las Caletillas", donde narra la historia del barrio marinero desde su fundación, muy anterior a la Ley de Costas con que se lo quiere aplastar.



Con el permiso de Cho Manuel publico en este blog su trabajo sobre Samarines, en que el autor repasa con una visión laica y desapasionada la historia de la Virgen de Candelaria o Chaxiraxi (como la queramos llamar) y su relación con la antigua religión de los guanches y la orden de los samarines, de la que toma nombre la zona.



EL MENCEYATO DE GOYMAD – HISTORIA DE SAMARINES (CANDELARIA)

Para hacer historia de este lugar, Samarines, tendremos que trasladarnos al pasado: año 1390 a 1391. Muy cerca de tal lugar, de acuerdo con la tradición y las crónicas oficiales; una atardecer de las labores pastoriles, dos guanches del menceyato de Güimar arreaban o conducían sus cabras por la orilla de una playa llamada Chimisay (hoy playa del Socorro) al aprisco de una cueva – corral, del barranco de Chinguaro. Cuando de



repente, las cabras se pararon y arremolinaron unas con otras, al ver sobre una peña muy cerca del mar, una imagen extraña, de mujer, que alguien había depositado en tal lugar. Seguramente algún barco que se había adentrado para arreglar una avería, o bien que la habían dejado allí con intención; posiblemente para introducir una nueva religión en el futuro… Otros opinan que la habían puesto con el fin de hacer actos de adoración mientras se arreglaba la avería, y al observar que sea acercaban guanches en cantidad para ver qué sucedía, optaron por correr al barco y abandonar la imagen. Sea una u otra cosa, lo que sí está claro es que los dos pastores, mientras realizaban sus labores se la encontraron, o sea: un hallazgo. No un aparecimiento como más tarde han querido decir los que quieren tergiversar la historia.


Extrañados los dos guanches por tal hallazgo decidieron avisar aprisa a su mencey o rey, que para esa fecha pudiese ser Acaymo, el segundo hijo de Ben Tynerfe, o como sería conocido más tarde por los conquistadores, Tynerfe el Grande. Este último había dominado toda la isla como un solo imperio, antes de segregarse la isla, en estados, naciones o menceyatos que es exactamente igual, llegando a ser el territorio isleño de nueve naciones: Güimar, Tahoro, Daute, Ycoden, Tacoronte, Tegueste, Abona, Adeje, Anaga, y una pequeña geográficamente hablando: a saber Aguahuco (1). Pues bien, fue en el menceyato de Güimar, como he venido comentando, donde tuvo que ver la nueva del hallazgo antes mencionado.

Confusos y asustados los sencillos pastores, llegaron a Chinguaro al palacio del rey y pusieron en conocimiento a éste y a su corte. Esta se componía de sigoñes (capitanes guerreros), achimenceyes (príncipes), guañameñes (sacerdotes). Rápidamente se reunió el tagoror mayor presidido por el mencey, y llegaron a un acuerdo, no sin antes haber deliberado sobre el asunto tan extraño: decidió el mencey, junto con su corte y parte de sus guerreros, dar escolta para tal fin y en definitiva, saber de qué se trataba. Conducidos por los pastores al lugar del suceso, comprobaron que efectivamente la imagen de aquella mujer se encontraba intacta sin variación alguna a como la habían dejado los pastores.

Recelosos estaban de acercarse, con cierto miedo de tocarla, porque no sabían cuál sería la reacción de la imagen; especialmente porque los educados guanches, de acuerdo a sus costumbres, no podían acercarse a mujer, especialmente a solas, a menos que ésta pidiera ayuda. Esta vez aunque estaban acompañados, más en presencia del rey, se trataba de una mujer extranjera, que tenía un niño en su brazo derecho, y no hablaba. Empezaron detenidamente a observarla y en vista de que no se movía, y cada vez se hacía más tarde, resolvieron tocarla y apoderándose de ella la tomaron a hombros llevándola al palacio del rey que estaba en Chinguaro; Pues se había hecho noticia en parte del menceyato, y por tal razón una gran multitud se había congregado en el lugar. Acordaron el rey y los nobles que se acomodara en su propio palacio, en una pequeña concavidad de las que había en su vivienda, poniéndola sobre una piedra grande que habían forrado con pieles gamuzadas, sirviendo como altar por muchos años. Y decorando el lugar pusieron unas pieles que servían como cortinas, y eran rodadas cuando el mencey quería enseñarla o recrearse la vista.



COMUNICA EL MENCEY ACAYMO DEL HALLAZGO DE LA EXTRANJERA A LOS DEMAS MENCEYES DE LA ISLA

Corrían por aquellos tiempos en Tenerife o Achinech (2) los anuncios del adivino o zahorí – guañameñe de que “dentro de unos pájaros grandes de blancas alas, vendrían a las islas por el mar otras gentes que se habían de enseñorear de ellas”, augurio que había puesto en cuidado a los menceyes por el crédito que disfrutaba el agorero de profetizar. Acaymo, considerando que la aparición en su menceyato de la extranjera podía tener relación con la profecía del guañameñe, creyó oportuno comunicarlo a los demás menceyes de la isla mandando a sus emisarios; aunque estaban en guerra, les daba paz e inmunidad para poderse reunir en su territorio para considerar aquel asunto tan importante, y una vez reunido el tagoror mayor de reyes y nobles junto con los sacerdotes, samarines y guañameñes, llegar a conclusiones cuanto antes.

Avisados por los correos guimareses, junto con seiscientos hombres escogidos de escolta el primero en llegar fue Betzemuhya de Taoro, y luego los de Abona, Adeje, Anaga, Tegueste, Tacoronte, Ycoden, Daute y Aguahuco, sin que faltara ninguno para aquel asunto tan relevante.

Invitados para que examinaran la imagen con atención y minuciosidad, se quedaron admirados porque nunca habían visto algo similar. Tomaron asiento cada cual en el lugar que le correspondía de acuerdo a su rango. Y una vez formado el tagoror internacional de la isla se empezó a deliberar con sabios argumentos: después de conferenciar durante horas, llegaron a la conclusión de que aquélla imagen era una cosa superior a su conocimiento; pero que no era temible, antes bien beneficioso el que se conservase en la isla con todo esmero.

Queriéndo el mencey de Güimar congraciarse con el de Tahoro, que era el más poderoso y temido, ya que éste quería unir a toda la isla en un solo menceyato o imperio como en el pasado, optó por ofrecerle que se llevase la imagen la mitad del año a su reino, a lo que el tahorino contestó ingenioso diciendo que aunque estimaba la oferta, no podía admitirla, porque entendía que si se apareció en las tierras de Güimar, mejor estuviese en ellas; porque si le hubiese gustado habitar en su reino, se hubiese presentado allí, pero que no era el caso; y que él y los suyos vendrían a visitarla, y no que ella fuese a su nación. Después de dicho esto acordaron con alegría que así fuese. Contentos todos, cerraron el trato de que así se haría.

Habían transcurridos cincuenta y dos años de estos sucesos relatados; ya las canarias tenían un nuevo dueño en la persona de Fernán Peraza, séptimo señor de Canarias, quien en 1443 había adquirido la totalidad de su dominio por la sesión que su cuñado don Guillén de Las Casas le había hecho en Sevilla el 28 de junio de ese mismo año.

Este séptimo señor contaba entre los cargos de su señorío las presas de personas y ganado que podía hacer en las tres islas que aún no habían sido conquistadas: Tenerife, Canaria y Palma. Entre los cautivos que hicieron sus soldados en unas razzias (robos) en Tenerife, se encontraba un niño guanche, como de diez años, que había sido aprisionado en las costas de Güimar. La viveza e inteligencia del muchacho le llamó la atención al castellano Fernán Peraza, y dando órdenes lo dejó para su servicio, e hizo que se le instruyera y bautizara en la nueva religión católica, apadrinándole él mismo y poniéndole por nombre Antonio o Antón, lo que luego se conocería como Guan – antón, o Antón – guanche, lo que es igual a: Guan = persona; Chinech = Tenerife, así que sería Guanche = persona de Chinech; En este caso Antón Guanche quiere decir Antonio el de Tenerife.

Muerto al poco tiempo su padrino y protector, pasó al servicio de su nuevo dueño Diego de Herrera, octavo señor de Canarias por su mujer doña Inés Peraza. Este octavo señor, entendiendo que sus fuerzas militares no alcanzaban para reducir a las tres islas aún por conquistar, trató de dominarlos por medios pacíficos; a este fin ideó el retorno a Tenerife del joven Antón guanche para que persuadiera a los suyos a establecer con él paces y relaciones comerciales, y poniendo en ejecución su proyecto, hizo embarcar a su embajador en un navío que enviaba a la isla del Hierro, ordenando se le dejara en las costas de Güimar, y que el punto de referencia donde debía dejarlo era en una montaña grande en la costa. Aunque hay otros autores que son de opinión diferente, diciendo que el regreso de Antón guanche a Tenerife después de siete u ocho años en Lanzarote no fue por disposición de Diego de Herrera, como lo confirma don Pedro Agustín del Castillo en su historia, sino que llegado a Tenerife en otras expediciones de presa y reconociendo a su país, tuvo modo de esconderse y dejar que el navío se diera a la vela. Es lo cierto que ya fuera de uno o de otro modo, todos convienen en su vuelta a la patria.

Como es justo, el joven Antón luego de estar en Tenerife se dirigió a la cueva de sus padres. Al venir vestido a la europea, aunque seguía dominando la lengua guanche porque hacía uso de ella con los esclavos de su isla que se encontraban en Lanzarote, ayudado por este elemento de inmunidad y libre de las acometidas que quisieran hacerle, llegó a la morada de sus padres donde se dio a conocer con júbilo de los suyos y de los conocidos y parientes; y creyendo era su deber presentarse a su mencey, se dirigió a Chinguaro. El mencey Dadarmo, conocido como “rey de las lanzadas”, que así se llamaba el hijo del mencey Acaymo, se alegró mucho al reconocer a su vasallo, y luego de inquirir sobre su cautiverio y su libertad, le rogó que le manifestara todo lo que había visto entre sus opresores. El joven Antón con mucho gusto pasó a informarle del poder y grandeza del rey de España y de sus vasallos los dueños de las islas afortunadas; le explicó de la religión que profesaban y de la que él se había hecho miembro; de la forma y modo en que tributaban el culto a Dios, y de la reverencia que daban a las santas imágenes, etc.

Después de haber oído a Antón y pensando él mismo si la extranjera fuera una de las imágenes de que hablaba, lo llevó a un cóncavo donde guardaba la imagen, y quitando las pieles con que la cubría la puso a la vista. Esta fue mirada por Antón detenidamente y conociendo que era una imagen similar a las que estaban en Lanzarote se postró en tierra, y en vista de ello hizo lo mismo el mencey y los que le acompañaban. Dice la historia que Antón hizo una plegaria en lenguaje guanche, y a continuación dijo: esta es la estatua de Achmayex – Guayaxerax – Achoron – Achaman, o lo que es lo mismo: la madre del sustentador del cielo y la tierra, haciendo luego una explicación de todo lo que él sabía sobre la imagen, de lo que se admiraron los oyentes.



ANTON GUANCHE PERSUADE A SUS COMPRATIOTAS DEL MAYOR DECORO EN QUE HABIA DE SER TRATADA LA IMAGEN

Muy pronto corrió por la isla de Tenerife la noticia de la vuelta a la patria de Antón el guimarés, y de que había reconocido a la extranjera, manifestando que era la estatua de Achmayex– Guayaxerax – Achoron – Achaman. En vista de ello, de todas las comarcas de la isla de Tenerife corrieron las gentes para ver a Antón y a la extranjera, que sabían lo que era y representaba. Entonces las gentes empezaron a ofrecer de acuerdo a sus posibles los dones sencillos de la tierra, y como la sociedad guanche se plataformaba en la ganadería, empezaron a dar los mejores de sus ganados cabríos, en la que llegó a haber una gran manada de un vistoso rebaño, que Fray Alonso de Espinosa recoge en sus crónicas al ser informado por los guanches un siglo después de la conquista sobre este asunto. El hace mención de las seiscientas cabras moteadas, junto con los carneros sagrados, que eran de la Chaxiraxi o señora, y para pastar tal ganado, tanto el mencey de Tahoro como el de Güimar habían escogido o señalado el famoso valle sagrado de Igueste de Candelaria, ya que también había otro Igueste en San Andrés. Además habían estipulado que aquéllos que hicieran daño, hurtaran o se introdujeran en tales tierras, excepto los que cuidaban del rebaño, lo pagarían con la pena capital: la muerte. Una vez establecido el cabildo de Tenerife, fue reafirmado como ley, diciendo “so pena de muerte, el que se introdujera en el valle sagrado de Igueste de Candelaria”.

Pero Antón guanche no estaba satisfecho con todo lo que a favor de la imagen había hecho, y le pareció indecoroso que la imagen estuviera en las cuevas habitadas, aunque fueran la morada del mencey. Trató de persuadir al rey para que la señora tuviera casa propia donde todos pudiesen visitarla, y que fuera dueña y señora. Le pareció bien al rey de Güimar la idea de Antón, pero no queriendo hacer proyectos de esta índole de por sí, mandó a sus mensajeros a vista de paz y, reuniéndose el tagoror, todos convinieron que debía tener lugar conveniente y propio. Siguieron deliberando sobre el lugar que sería más apropiado y finalmente acordaron que fuera la gran cueva de Achibinicó (hoy cueva de San Blas), en la que en aquel entonces los pastores de los contornos acostumbraban a ordeñar sus cabras, estando situada en la orilla del mar hasta el día de hoy. Después de asear la hermosa cueva y limpiarla de estiércol y otras suciedades, bajo la dirección de Antón, se empezó a preparar un rústico altar o peana de las piedras más pulimentadas, y forrándolas con gamuzas de pieles de cabra, ordenaron la traslación. Convocando a los príncipes, a todos los vasallos, a la solemne fiesta o romería, sacaron a la imagen de la cueva de Chinguaro, cargada por príncipes grandes y plebeyos, bajando en medio de grandes regocijos, danzas, saltos, carreras, silbos, ajijides o rejijides a su nueva morada, donde con el tiempo la encontrarían los españoles conquistadores.

Esta gran reunión fue motivo para que acordaran los menceyes con sus sigoñes, guañameñes y samarines que fuera en aquel lugar en la extensa playa uno de los sitios en que había de celebrarse las fiestas anuales que acostumbraban: la una al terminar la sementera y ver presentadas la cosechas; la otra después que las recogían: épocas que coincidían con febrero y agosto. Y como el acuerdo era tomado para obsequio de Achmayex- Guayaxerax – Achoron – Achaman, dispusieron que ella debía sustentarlos de sus ganados, y como guardián de la imagen y aseo de la cueva se ofreció voluntario Antón guanche, y como tal distinción le pertenecía por tal legítimos títulos, le fue confiado tal cargo. Los menceyes le dieron por colegas a otros ancianos respetables, que fijaron su residencia en otras cuevas cercanas a la casa de la señora. Fue a partir de ahí cuando se establecen los primeros pobladores de las áridas, resecas y desiertas tierras de las costas del que hoy es el pueblo de Candelaria.



POR LAS TIERRAS DE SAMARIN

Pues bien: con todo este caudal de acontecimientos, de manantiales inagotables, empezaremos a caminar despacio, firme, sin dar traspieses históricos, porque de lo contrario no podríamos caminar por las tierras de Samarines, por los saltos de Samarines, por las playas del Samarín, y por las cuevas del Samarín.

He tenido el privilegio de calzarme mis botas de montaña muchas veces para hacer minuciosos trabajos de campo; esta vez llenando mis pulmones de los yodos marinos, del aire del atardecer de mar, por el serpenteante camino que parte de la cueva de Achbinicó hasta la playa de Samarines, para ver qué queda de aquella cultura arquitectónica, del rastro que dejaron a nivel de cerámica y conchas de moluscos, de la flora y fauna, hoy amenazada por estar dentro de este precioso parque que posiblemente desaparezca, imponiéndose como siempre el cemento y el asfalto del sistema capitalista y del abuso de poder.

Pero lo más extraño de todo es que los que dicen defender la cultura, etnografía e historia de los pueblos sean indiferentes ante la evidencia, contribuyendo ellos mismos a no saber o no querer usar el arma de la inteligencia, permitiendo que el crimen ecológico aumente; y usando su prepotencia, característica de esta sociedad que no sabe ni qué rumbo lleva ni adonde se dirige, se empeñan cada día más en desangrarse culturalmente; y lo que es peor, sin querer reconocerlo, enfatizando que tienen razón, y lo reflejan por lo que dicen y hacen. En el sistema actual es fundamental tener títulos, licenciaturas, para que seas aceptado, para que te consideren grande. En lo que humildemente respeto en gran manera, la Universidad forma, pule a hombres y mujeres. Pero después algunos o algunas que ésta forma o prepara para responsabilidades, cuando llegan a tales puestos hacen muy malas gestiones, bien en el campo político, cultural, religioso, etc.

Pero yo a lo que voy: con mi humilde trabajo: porque si me llega a desanimar lo que sucede no podré terminarlo. Pues como dije hace un rato, después de estar equipado con mi pantalón corto, con mi camisa corta y ligera, con mi mochila azul como el mar con las viandas y el agua, calzado con las botas de montaña para este proyecto que me he propuesto, empiezo a caminar desde Achibinicó y remontándome por la parte alta de los acantilados a medida que camino, mentalmente empiezo a hacer historia. Que no me falle ese sexto sentido que es la memoria, y si lo hiciera algún día, seguro que si pongo por escrito este fragmento histórico no se extinguirá, porque siempre quedará como recurso de consulta. Quizás cruzando fronteras, montículos, barrancos, laderas, playas, supero el rugir del mar embravecido, el silbo del viento cuando choca contra los peñascos, contra las tabaibas garrapachadas dulces, que con su color rojizo no quieren morir, conscientes de lo que está pasando y aún así se empeñan más que nunca en levantar erguidas sus cabezas como ejército organizado ante tal guerra y mutilación que les espera.

Con mi pluma voy a librar la gran batalla histórica: porque los pueblos son libres cuando llegan a conocer su propia historia; no la que nos vengan a imponer por la fuerza los de afuera, ni desgraciadamente algunos de los de adentro que llamándose o considerándose libertadores de la patria, por sus obras dejan mucho que desear, y a veces tratando de hundirnos en la más tristes de las miserias, culturalmente hablando, se olvidan de la transparencia y luego son ellos mismos que se proclaman diciendo que son los mejores. Hoy en el pueblo canario hay plumas honradas, elegantes, transparentes con la historia. Sólo éstas serán las que permanezcan, porque no se apoyan en los tecnicismos, sino en la honradez y en la verdad. Sólo éstas son las que ennoblecen a las razas y a las gentes.



¿QUE RELACION TIENE SAMARINES CON CHINGUARO Y ACHIBINICO – SAN BLAS?

Volviendo a la historia, cuando hicieron la traslación desde Chinguaro, bajaron por el camino de medianías al costero, llegaron al lugar del hallazgo llamado Chimisay, lo que hoy es el Socorro, siguieron la marcha por el camino llamado Archaco, y más al norte pasaron por el lugar llamado Guanaganí, por donde hoy se encuentra el polígono industrial de Güimar (3).

El camino sobre el mar continúa hasta hoy muy bien diseñado, con sus paredes y anchura. Se observa, por encima de playas y marismas, que fue muy bien construido por aquellas personas aborígenes que en su continuo andar dejaron la huella, para continuar a la playa del Samarín y cuevas del Samarín por sobre el acantilado, con una preciosa flora y fauna, encontrándonos con barranco del Samarín, saltos del Samarín, hasta llegar a la cueva de Achibinicó. Es allí donde hay unos pasos muy bien confeccionados, hechos en el pasado posiblemente por los aborígenes en su ir y venir para su adoración, y que indudablemente es el camino primero que se usó en la traslación de Chinguaro a Achibinicó. Hoy con buena voluntad, a pesar de que dichos pasos están cortados entre la cueva y el camino por el cemento y el asfalto, dicho camino se podría unir para que tuviera el origen exacto del pasado y de su historia.



ESTADO O CONDICION DEL PARQUE

Podemos decir sin lugar a dudas, que el parque está más amenazado que nunca. Se han destruido muchas plantas autóctonas, a saber: tabaiba dulce, balos, ensalados, etc. Se sigue con las escombreras, entullando los barrancos y vaguadas, morras o lomas. Quiere decir que muy pronto el que conoció Samarines en su extensión, pronto reconocerá que un crimen ecológico se cometió en el lugar. Se sigue enterrando el pasado física y psicológicamente. Las maquinarias monstruosas siguen con sus rugidos y prepotencia. Sólo obedecen a don Dinero; Este monstruo corroe a la humanidad hasta tal punto que ésta lo considera su dios ¿Cúando será que se oiga una voz de la celeste altura que diga ¡basta, basta, ya basta¡?

Continúo en la investigación de Samarines en mi humilde trabajo y me encuentro con antiguas cabañas en ruinas de piedra seca en las cóncavas cuevas, muchas piedras que sirvieron de murallas en dichas viviendas aborígenes; conchas de moluscos de mar en abundancia, que seguro sirvió de alimentación a aquella población indígena; fragmentos de cerámica aborigen, como útiles para sus menesteres; estación de cazoletas y canaletas, indudablemente para hacer sus ritos y libaciones, muy común y similar a las encontradas en las islas; tagoror actualmente convertido en era. Uniendo a todos estos detalles en la memoria del pueblo de Candelaria y lugares colindantes, se oyen las leyendas famosas de lugares mágicos, luces extrañas, en las noches miedos, contadas por los pescadores y por quienes por necesidad han tenido que pasar por allí; como si todo esto estuviera enlazado, con el pasado ancestral aborigen guanchinesco.



¿POR QUE EL NOMBRE SAMARINES?

Todas las cosas con nombre tienen un significado histórico: de alguien que vivió en la zona, de alguna proeza, de algún suceso importante, de alguna batalla o personas influyentes que vivieron o actuaron en la zona. Así que vamos a aprender la razón y el porqué de las cosas. Después de analizar unas obras de consulta y de estar sobre el terreno, saco conclusiones, no sin antes como he dicho hacer comparaciones con todo lo que este trabajo lleva.

En primer lugar decir que la realeza guanche era un sistema organizado en los campos político, militar, administrativo – legislativo, y religioso; siendo más claros: de hecho se dice que era una república socialista – comunista, donde se trabajaba para el estado, y éste a su vez se comprometía a repartir de acuerdo a la necesidad de sus súbditos.

Cuando tenemos que explicar la organización del campo religioso las crónicas apuntan que se estructuraba en clases sacerdotales. Por eso podemos preguntarnos ¿cuántas de ellas había? Pues las crónicas dicen que eran tres: primero los samarines, samarines hombres y sámaras mujeres; en segundo lugar los cancos; y en tercer lugar los babilones.

Se educaban en una especie de lo que hoy se podrían llamar colegios o seminarios, y hasta hay quien sospecha si algunos vivían en comunidad, como también había monasterios de harimaguadas o sacerdotisas, como en la antigua Tamarant, que aparte de intervenir en los actos religiosos, servían de centro de cultura a las jóvenes de la nobleza. La orden de los samarines era también conocida como agoreros, adivinos, hechiceros y profetas, así como por guañameñes. Este último servía de sumo pontífice, o summus – aruspex. Vestían completamente de negro. Usaban el guatimac o idolillo de barro colgado del cuello como distinción; De entre estas personas salía elegido lo que hoy llamamos sumo sacerdote.

¿Qué podemos decir de su influencia religiosa? La influencia social de esta orden fue grande dentro del campo religioso. En sus labores religiosas practicaban agüeros, artes mágicas misteriosas; interpretaban por las direcciones del humo en hogueras preparadas al efecto, así como por la forma y combinación de las nubes y por las estrellas errantes; deducían auspicios por el vuelo y canto de las aves; barruntaban las cabañuelas, con aplicación a la agricultura y ganadería y relacionado con los cambios metereológicos, o sea la lluvia, pues de esta forma la tierra paría. Curaban ojeadas, o lo que hoy se conoce en el pueblo llano como “mal de ojo, y otras muchas enfermedades, pues como ya se ha comentado en las crónicas, eran famosos médicos, pero todo quedaba oscurecido ante el poder sobrenatural de que daban muestras expulsando saxos, arrimados, o lo que se conoce actualmente como espíritus arrimados de familiares muertos o personas que venían a liquidar cuentas con los vivos desde ultratumba. Creencias éstas muy comentadas y practicadas en el pueblo canario durante los siglos pasados y aún hoy en día, lo que es una evidencia clara de la herencia religiosa aborigen.

¿Que podemos decir de las sámaras? También fue una orden sacerdotal, pero en este caso de mujeres. Se puede comparar a lo que se conoce hoy como monjas de clausura. Caso muy curioso en esta orden de hombres y mujeres es el siguiente: que a los hombres no se les imponía el celibato, pero no a las mujeres, que sí lo tenían impuesto. También se las llamaba marimaguadas – tamonantes. Las recogidas vírgenes, las doncellas y las damas vivían en comunidad, en monasterios o conventos iguales a grandes cuevas. Testimonio de que es así son los nombres de “cuevas del sámara o samarines”, como es el caso que nos ocupa. Enfatizamos que esto es así porque dicha cueva o monasterio existe en la playa de Samarines de Candelaria.

Estas mujeres tomaban parte activa en los oficios y ceremonias religiosas, tocando y cantando con gran afinación y armonía, servían sus casas - cuevas de colegios, ya se ha dicho, a las jóvenes de la nobleza, y a veces salían en comunidad con las educadoras llevando todas cabellos tendidos y guirnaldas o coronas de flores silvestres.

Como dato curiosos y destacable es que todavía hoy, en toda la isla de Tenerife, se siguen conservando los topónimos sámaras y samarines, porque éstos y éstas vivieron y practicaron sus funciones religiosas en tales lugares.

Para tener un idea sobre este asunto de los topónimos, es célebre la cueva del Sámara en la cumbre de los caseríos de Arguayo y Chío en Guía, y sobre todo la cueva del Sámara, que se extiende algunos kilómetros, según se cree, desde las montañas de Las Negras, junto al Teide, hasta el puerto de San Marcos, en Icod; y se dice que comunica con dicho subterráneo el convento agustino de Icod. Existen varios lugares en la isla que llevan el apelativo de Samarines porque estos vivieron en ellos, como antes mencioné y repito: playa del Samarín, cueva del Samarían, barranco del Samarín, y salto del Samarín, todos en Candelaria; El Samarín en Chinguaro (Güimar); Fuente del Samarín, por el beneficio que dio a la orden, y Salto del Samarín, en La Esperanza (El Rosario); Salto del Samarín en Fasnia; Casa del Samarín junto al morro del Tagoro en Granadilla; Salto del Samarín sobre Los Frontones, en Granadilla; Cueva del Samarín o del Sámara en San Miguel de Abona; Salto de Samarines al naciente de Cruz Cambada, en Chasna; Cueva del Samarín en Valle de San Lorenzo (Arona); Cuevas del Samarín en Las Cuevas del Miedo, en Tejina de Guía.

Así que por todo lo expresado estas órdenes sacerdotales dejaron una huella muy profunda por toda la isla, lo que nos da a entender que dentro de la sociedad guanche eran personas que tenían mucha relevancia, a tal grado que siempre en las crónicas se dice que la realeza compartía el mando con ellas. Por lo que se ve, se sabe que gozaban de grandes privilegios y que aportaban grandes beneficios en el campo espiritual, medicinal y para los intereses del estado.

Pero volviendo de nuevo al lugar geográfico de Samarines de Candelaria podemos decir sin lugar a dudas que los aborígenes y esta orden sacerdotal ya tenían sus creencias y prácticas religiosas ancestrales, y que no tuvieron ninguna duda en seguir practicando en estos lugares y otros sus creencias junto con el pueblo, haciendo arte de sus poderes, y el pueblo guanche en su totalidad recurría a ellos para que les solucionaran sus problemas a pesar de las presiones que sentirían de parte de los invasores y del esfuerzo que hacía la iglesia con la cruz y la espada para que se sometieran. No obstante ésta no tuvo ningún reparo en esforzarse por fusionar las dos religiones en una; o sea la castellana y la aborigen. Es sabido y muy cierto que el lugar más apropiado fue el menceyato de Güimar, pues como se ha comentado hacía más de un siglo se habían encontrado a la imagen de la Candelaria. Los reyes de Güimar, al ser bando de paces, empezaron muy temprano a negociar, a comerciar, y a traicionar a sus hermanos de raza de otros menceyatos, como bien demuestra la historia en sus crónicas.

Los guanche tenían varias formas o métodos de adoración, como bien apuntan todos los cronistas. Hecho muy significativo es que adoraban al astro rey solar. De ahí les viene el nombre a nuestros hombres del campo: magos, en todas las islas desde tiempo muy antiguo. La razón es por ser adoradores de Maget = sol. De ahí la expresión mago- magot- maget. Hasta el día de hoy se quitan el sombrero para saludar al sol cuando sale.

Nuestros hombres del campo siguen saliendo de noche a contemplar las estrellas, la luna y otros astros; hablan con ellas; les dicen sus rezos y oraciones. Esto es transmitido de padres a hijos ya que vienen de sus antepasados. Se siguen empeñando en estudiar las cabañuelas, especialmente en el mes de agosto porque tienen mucho interés en saber cuál es el movimiento de ciertas estrellas y donde termina. Así pueden determinar con anterioridad si va a haber un año de lluvia para que la tierra para de lo que se necesita para el sustento, tanto de la población como de sus animales. A su vez se esfuerzan para hacer sus ofrendas de los productos de la tierra, aunque hoy en día se lo ofrezcan a algún santo de la religión católica, como puede ser a San Juan, a San Isidro, a su mujer, en lo que se llaman las primicias de los frutos del año. De ahí que algunas frutas se relacionen con esta creencia: las peras sanjuaneras. Al hacerlo así creen que serán bendecidos para que no haya escasez.

Se sigue considerando la hoguera como el fuego sagrado. De hecho las personas mayores, más apegados a este tipo de creencias, nos decían a los niños cuando queríamos jugar con el fuego, como por ejemplo introducir gajos secos para salir con ellos encendidos y correr: “respeten el fuego”, “no jueguen con el fuego”, “no roben fuego de la hoguera”, porque la consideraban sagrada. Lo que nos da entender que estas costumbres o creencias tienen un arraigo en las creencias ancestrales sobre el fuego, considerado sagrado.

También en sus formas o ritos tienen mucho respeto por el volar de los pájaros; su forma de vuelo que ellos distinguen muy bien para dar sus interpretaciones. Lo mismo es con el canto de los pájaros: son mensajes que ellos dicen entender e interpretar, pero en este caso con determinados pájaros, no con todos. Entre ellos se encuentran el canto del cuervo y el del alcairón (4).

Los magos siguen con prácticas aborígenes ancestrales como limpiarse de impurezas, tanto ellos como sus animales. Sólo que la iglesia católica lo ha mantenido entre el 23 y el 24 de junio, día de San Juan, mientras que el solsticio se ha ido rodando para el 21. Este tipo de prácticas, como hacer hogueras, saltar por encima de ellas, bañarse en el mar por la noche, bañar las cabras, hoy en día son tradiciones muy populares que se ve que tuvieron un principio ancestral de la antigua cultura canaria arraigada aún en el pueblo.

Como ya creo que comenté la iglesia católica nunca puso obstáculos con tal que los indígenas y sus descendientes se unieran a ellos como adeptos, aunque ellos continuaron practicando sus costumbres religiosas. El propósito del invasor fue sumar y sumar a todos los que podía dentro de su religión. Tanto es así de cierto que Fray Alonso de Espinosa, un cura dominico que llegó a Canarias y se ubicó en Candelaria para 1580, que venía de Guatemala, al enterarse de lo sucedido y lo que vio y oyó, no tuvo ningún miedo ni reparo en condenar lo que había ocurrido y estaba ocurriendo con el pueblo guanche cara al trato que se daba, aunque muchos de ellos ya habían sido sometidos y bautizados a la nueva religión.

Este fraile, por condenar tales injusticias especialmente por la forma en que se les cristianizaba, y como aún después de ello se les burlaba sus derechos, tuvo que comparecer a los tribunales de Tamarán (Las Palmas de Gran Canaria) para rendir cuentas por injurias y calumnias a la persona de Alonso Fernández de Lugo, el adelantado y señor de la isla. Pero es curioso que ante el tribunal compareció y pudo demostrar que la denuncia tenía base en verdad, y por tal razón fue absuelto sin cargos.

Podemos imaginarnos a cuánta presión física y psicológica eran sometidos aquéllos nuestros antepasados, a cuánta injusticia, a tal punto ... que decir ser guanche era un riesgo y peligro. El objetivo del invasor a toda costa era borrar de aquellos indígenas sus raíces. Se les cambió de nombre y apellidos, llevando los del padrino cuando se bautizaban, o del señor a quien servían, o del mismo fraile que les bautizaba. Es normal encontrarnos con apellidos León, de León, Castillo, del Castillo, Reyes, de los Reyes, etc. Todo esto son antecedentes que nos llevan a servidumbre o esclavitud, y sin ánimo de ofender apellidos, pero la historia está ahí y no debe ser cambiada, sino ajustada a la verdad más exacta.

Insisto y repito que todos los cronistas que han hablado y escrito sobre Canarias han insistido vez tras vez que los aborígenes eran idólatras, adorando al sol, la luna, las estrellas, a través de los que contaban los días. Su díos era Abora, término que el profesor güimarero don Juan Alvarez Delgado relaciona con Aba, que significa “La Luz”. De ser así, el Abora de los canaritas – hauaritas no es otra cosa que la sustantivación y simbolización de la Luz como atributo divino. Este dios era adorado en cada cantón en torno a una pirámide de piedra suelta, reuniéndose en torno a ella los días señalados para sus devociones, que consistían en bailes, músicas, luchas y demás pruebas de agilidad y fuerza. Así es que vemos la misma similitud que hace la iglesia católica en sus fiestas de pueblo en las plazas y cerca de las iglesias. ¿Nada ha cambiado? Sólo que se fusionó, y ésta es la que tiene el poder sobre un pueblo al que le adaptaron sus tradiciones de una manera astuta para la mal llamada evangelización.

Pero hay que reconocer que Abora o Aborá no siempre se refiere al ídolo a pirámide, sino que Aborá continuaba habitando en los cielos. Con esto se le reverenciaba y a la verdad es como hoy reverenciar a la imagen que es la que intercede a dios.

Achamán (Alcoraco – Acorán) representa el gran principio, el dios sublime y todopoderoso que se multiplica y reproduce bajo otros nombres, tales como el conservador del mundo Achguayaxiraxi, el que sostiene todo Achguarergenam, que es igual al regulador de los movimientos celestes.

Abora era Oranham y Moreiba, que es igual a “que hace llover y fertilizar la tierra”. ¿qué duda cabe que Abora, a quien adoraba la orden sacerdotal de los samarines, cambiara de nombre por “La Señora” y por “La Extrangera”, porque si para ellos y todos los aborígenes significaba “el que sostiene el mundo” = Achguayaxiraxi; = diosa Minerva, hoy se la llama Chaxiraxi, como antiguamente a las magas canarias se las llamaba Cha = señora; así que antes de decir su nombre, se les decía “Cha”. Hasta hace muy poco tiempo yo recuerdo como a los hombres mayores y a las mujeres se les decía en vez de señor o señora, “Cho” al hombre, y “Cha” a la mujer, repito: siempre a los mayores como mínimo que tuviesen ya nietos. Por ejemplo, en el caso de las señoras, se decía: Cha Juana, Cha Eusebia, Cha Felisa, Cga Eugenia, Cha Carme, Cha Pilar, Cgha Manuela, Cha Estebana, Cha Antonia, Cha María, y así por el estilo. En cuanto al hombre, pues era el ejemplo de eñor: Cho Ambrosio, Cho Pedro, Cho Wenceslao, Cho Anastasio, Cho Cándido, Cho Tomás , Cho Felix, Cho Victor, Cho Regalado, y así por el estilo.

Ahora podemos entender mejor porqué un pueblo hereda lo del pasaado en cuanto a Cho y Cha. En cuanto a la señora extranjera, para los guanches o aborígenes era igual que la llamaran Cha = señora; Xiraxi por el cirio o la vela que lleva en su mano izquierda, que en este caso es igual la Cha = señora – Xiraxi = “de las candelas”, o “señora de las candelas”. Hoy se le conoce como “señora de la Candelaria.

Los guanches en sus topónimos importantes, que siguen inamovibles a pesar de que muchos incultos los quieren borrar, tienen nombres que perduran, por ejemplo: Chacorche, Chajarche, Chafa, Chabra, Chabajeche, Chasacoy, Chaura, Chajancho, Chafache, Chajaco, Chavique, Chabajenche, Chabazo, Chamorta, Chamele, Chahoro, Chanona, Chacona, Chachiney, Chafeña, Chafiras, Chajaña, Chajasco, Chasna, Charcerquen, Chatora, Chavao, etc.

Esto nos da a entender que dentro de su lengua o preferencias respecto a usar nombres importantes, usaron como privilegio o toque de atención por la importancia de la persona el Cha o el Cho. Expresiones que seguramente en el futuro podrán ser estudiadas por los grandes filólogos. Por tal razón no queremos adentrarnos por ahora para dar interpretaciones en las que considero que no sería honrado de mi parte.

El profesor antes citado don Juan Alvarez Delgado, de la universidad de la Laguna, para 1947 dijo y explicó que Abora es igual a “La Luz, de lo que sustenta al mundo”, así que el clero católico optó por este argumento: “la luz – candelas- señora del cirio que da luz a los creyentes para guiarlos por el camino de la oscuridad espiritual.

En conclusión podemos decir que los aborígenes samarines y todos los guanches en aquella época, y después hasta nuestra época, usaron esos lugares como caminos, cuevas, cabañas de piedras. O sea: toda la geografía que lleva su nombre como tierra que consideraron sagrada para dar culto a Abora = Achguayaxiraxi o Chaxiraxi primero, y después a la señora que porta el cirio en la mano izquierda, viniendo a ser para el pueblo católico la señora que da luz o la señora de las candelas o Candelaria.

Hasta aquí hemos hablado de las órdenes sacerdotales de los samarines, que se diferenciaban de las otras dos ordenes sacerdotales en sus demarcaciones geográficas. Hasta el día de hoy se le sigue llamando a este bello parque, en peligro de desaparecer por el desarrollo urbanístico desequilibrado, Samarines, al lado hoy de la gran cueva de San Blas, antigua Achbinicó, la tierra de los samarines. Desde este lugar aparece otro lugar llamado barranco de los samarines, corrales de los samarines, salto del samarín, gran cueva de los samarines en la orilla del mar, y playa de los samarines. Repito: los lugares geográficos están en el mismo lugar. La toponimia está ubicada en donde corresponde el pasado, junto o unido al presente, estos nombres están registrados en las crónicas oficiales y en la memoria imborrable de un pueblo.

Esperamos que en el futuro se sigan conservando tales lugares como en los tiempos pasados, tiempos muy relevantes y que aquellos en su día se preocuparon de cuidar y conservar, para que la historia prevaleciera.



LAS OTRAS ORDENES

Me gustaría terminar este humilde trabajo pero no sin antes aclarar que aparte de los samarines habían dos clases sacerdotales, que ya he mencionado, y brevemente explicaré. Los segundos se llamaban los cancos: conocidos como los sacerdotes del sol, vestían tamarcos de color blanco, con adornos y guirnaldas que variaban en armonía con la liturgia o los actos oficiales. Ellos eran los encargados de alimentar el fuego sagrado y los que en las solemnidades civiles y religiosas bailaban las danzas sagradas. Vivían en las partes altas de Arafo, y solían bajar hasta Icerse, topónimo que perdura en la parte de medianías sobre Samarines al oeste. Estos sacerdotes tocaban los instrumentos musicales para dar la bienvenida al sol al amanecer, pero solo hasta Icerse, porque tenían sus límites de demarcación religiosa. Es curioso que el pueblo llano a los arafareros, hasta el día de hoy, para darles el remoquete les dicen “los cancos”. Podríamos presentar una pregunta adicional, que es la siguiente: ¿habrán heredado de los cancos el arte de la música? Disculpen, no trato de ofender, pues mis tatarabuelos eran de tal lugar... un bonito, precioso y culto pueblo.

Y en tercer lugar estaban los babilones. Se ha escrito sobre estos trayendo algún confusionismo. Por ejemplo: diciendo que pertenecían a los que desembarcaron por Los Cristianos o playa de los Cristianos en tiempos del imperio romano: dicen algunas crónicas que en los días del imperio romano se sublevaron contra ellos las Mauros, que procedían de Mauritania, y que el imperio romano, por tal rebelión, les cortó las lenguas a los sublevados, especialmente a sus jefes. Y tomando un barco, los obligaron a embarcar junto con algunas cabras y ovejas, y medios desnudos y harapientos los obligaron a desembarcar por la playa de lo que se llama hoy Los Cristianos. Y débese ese nombre al suceso. Cuando los guanches recurrieron para frenar el desembarco, se sintieron bastante sorprendidos al ver que por la fuerza del látigo obligaban a desembarcar a aquellos desgraciados... mientras que el barco se retiraba aprisa de la costa.

Se dice que éstos se ponían de rodillas pidiendo clemencia con los brazos en cruz, y que golpeándose el pecho con las manos, pronunciaban la palabra: “cristiano, cristiano”, como indicando que lo eran.

Esta orden sacerdotal usaba vestidos talares, sendos rosarios, pasando de vez en cuando las cuentas, y a varios de ellos que parecían jefes a los que daban muestras de mucho respeto, que llevaban un casquete a la cabeza como mitra de obispo, en su lengua farfullenta llamaban “babilones”. Por tal razón a los tinerfeños nos viene el remoquete de babilones que nos dan las demás islas. Entendemos mejor cuando analizamos estos asuntos, los porqués de las cosas relacionados con estos dichos o tradiciones, que se conservan en la cultura canaria.

Los babilones son de papel poco conocido en sus ceremonias y ritos, pero algunos cronistas se inclinan a decir que eran los principales en lo que fue el culto rendido a la diosa Chaxiraxi de Abona.

El vestido era talar suelto, pero de color morado o encarnado, y guapilete en la cabeza semejante a la mitra de obispo. Su recuerdo sobrevive entre los fieles de Icod y Fasnia, pueblos de la isla donde al salir el cura a oficiar la misa, rezan invariablemente la siguiente oración: “bien venido seas Babilón colorado, a decir la misa a este pueblo honrado”.



CONCLUSION

Después de haber hablado estas órdenes sacerdotales, especialmente del significado de Samarines y porqué el nombre de los lugres que todavía se conservan en la memoria del pueblo a nivel de toponimia que jamás se ha debido borrar, no podemos permitir que se destruya nuestra cultura canaria.

Hoy 21 de julio del año 2006 Samarines en Candelaria – Tenerife, con todo su espacio geográfico, histórico, etnográfico, su bella flora y fauna única que nos queda, tanto marina como terrestre, la vieja cultura aborigen con la nueva que se fundió en una, se siente amenazada por las recientes obras que se ejecutan y que se proponen en el futuro ejecutar. Rogamos en el nombre del pueblo canario, especialmente los que amamos lo nuestro, que denunciamos tales actuaciones, pidiendo que se respete el derecho constitucional a la historia, etnografía, religiosidad, patrimonio cultural de un fragmento del municipio candelariero llamado en su extensión histórica Samarines-Samaras, y todo lo que en sí abarca porque los pueblos sólo son libres cuando se respete su historia, cuando los responsables de ello lo hagan cumplir y sea una realidad.

Mi humilde pluma se despide después de hacer un investigación a pie de campo, de crónicas oficiales históricas, de la tradición oral llamada Tamusni, que paso a paso he podido cavar tanto en superficie como andando inagotablemente sobre la verdad. Después de conseguirlo me siento satisfecho porque sé que mi trabajo no habrá sido en vano, lo mismo para este tiempo que para futuras generaciones, y añadir y repetir que los pueblos son libres solo y exclusivamente cuando lleguen a conocer su historia, cuando la respeten, cuando la amen; a tal punto que nunca debemos permitir que nadie nos las arrebate, porque es un tesoro, y el gran tesoro hay que cuidarlo, mimarlo, protegerlo, en fin ¡amarlo hasta la muerte¡

Si lo hacemos así estaremos orgullosos de ella. Si nos esforzamos por ello nos seguiremos viendo en el espejo de la verdad, y por supuesto a medida nos veamos en ella nos esforzaremos por mejorar, por rectificar en aquellos aspectos que nos definen. Enfatizo que si lo reconocemos trataremos de ser humildes, sintiendo que no somos nada, pero que quizás en el futuro sean analizadas nuestras buenas obras, que eso es lo que realmente cuenta. Porque cuando la maga, o sea la muerte, nos abrace y nos diga vente conmigo... se habrán acabado todos nuestros proyectos. Lo que quedará es el recuerdo de lo que ahora hagamos para las futuras generaciones. Porque la historia prevalece, nosotros repito ¡nos vamos.¡ Por eso respetemos y honremos a otra maga diferente a la que antes cité. La maga a la que ahora me refiero es la historia, esa maga no muere, nos abraza, nos da ilusión por seguir, para vivir hasta el final de nuestros días. Que ese sea siempre el motivo impulsor para aquellos que hacemos estos trabajos históricos, que nos emocionamos y nos sumergimos y no paramos hasta verlos hechos realidad. Para esto se necesita coraje, ilusión, ganas, motivación, convencidos de que vamos a ganar la gran batalla que emprendemos con nuestra humilde pluma. Aunque aquéllos que estén en puestos elevados nos vean tan pequeños e insignificantes, a veces molestos, la historia es superior a ellos, primero porque como antes comenté no muere, segundo por que ella es la que va a hablar de ellos, si lo hicieron bien o mal, y la historia ningún humano, por poderoso que sea, puede callarla. Es la historia la que habló de aquellos, la que hablará de éstos, de los del futuro, y no podrán con ella. Las obras quedan en el registro histórico, si fueron buenas o si fueron malas. Si fueron malas, la historia los condenará y al mismo tiempo pasará página condenándolos. Pero si se hicieron buenas obras, siempre se dirá “¡mira aquí, mira aquí¡”. Los grandes los tildaron de ignorantes, de locos, de imbéciles, porque no supieron aprovechar el bien que tenían. Pero como los grandes se equivocaron, en vez de seguir el ejemplo de los que ellos equivocadamente juzgaron. Y como no lo siguieron y se ensalzaron, la historia los condenará. ¿Hasta cuando?: ¡Para siempre¡.



Trabajo realizado por el indígena autor Cho Manuel García Alonso.

BIBLIOGRAFIA:

José Rodríguez Moure. Historia de la Candelaria

Juan Bethencout Alfonso. Historia del Pueblo Guanche

Fray Alonso de Espinosa. Historia de La Candelaria

Tomás Marín y Cubas. Historia de Canaria

Cho Manuel García Alonso. Toponimia antigua de Igueste de Candelaria.

Juan Alvarez Delgado. Apuntes de la Universidad de Laguna- año 1947

Francisco Osorio Acevedo. Gran Diccionario Guanche

















(1) Esta comprendía una pequeña franja de tierra como lo que se conoce hoy como Punta del Hidalgo. Este último rey heredó tan poca tierra porque era hijo ilegítimo, o sea: de otra mujer que no pertenecía al matrimonio legal.

(2) Achinech significa fuego, por el continuo respiradero… del majestuoso Teide, que vomitaba fuego por la boca de su crater, teniendo todas las tripulaciones de barcos mucha curiosidad por tal fenómeno. Posiblemente de ahí viene la famosa fábula griega, que decía entre otras cosas: en el jardín de las Hespérides había un dragón que vomitaba fuego como guardián de tal jardín, para que nadie se acercara. También es cierto que el famosos guerrero Aquiles llevaba en su escudo las islas afortunadas o las islas del jardín de las Hespérides, también las islas del los bienaventurados, porque al creer en la inmortalidad del alma, pensaba venir a descansar cuando muriese.

(3) Este lugar de la costa fue muy rico para el pueblo guanche, por el comercio que hubo con la orchilla, especie de liquen solicitado en los laboratorios textiles del Mediterráneo para sacar el color rojo escarlata. En esta tierra, al ser calerosa, volcánica y estar cerca del mar, se producía y se sigue produciendo la planta conocida como barrilla. De ella se sacaba una especie de sosa para las factorias jaboneras. Todavía se ven en estas costas, porque sus semillas las desplazan los vientos, y al llover crecen de nuevo. Esta es una planta garrapachada, con una sustancia de agua en sus hojas gruesas. Durante la posguerra de 1936 a 1945 debido a la necesidad, especialmente en la zona sur de la isla, se usó seca para hacer un gofio conocido como gofio de vidrio o cosco, y sus hojas verdes se usaron para lavar la ropa, poniendo una cantidad con agua en un recipiente o en los charcos de los barrancos, haciendo tranques con piedras. Esta planta sustituía al jabón. Recuerdo que en el campo donde la hubiera, si no había agua y las manos estaban sucias, se estregaban con las hojas de la planta y las manos quedaban limpias.

(4) Pájaro de Del Alcairón se dice que pone por lo reglar tres huevos, que cuando saca los huevos uno sale “Pedro Luis”, otro “Apagado” y el tercero “Alcairón”. Es curioso que se les considera pájaros de mal agüero, pues éstos por la noche se acercan a las cuevas vivienda y posteriormente a las casas, y no hace más de treinta años que ocurría, y que yo mismo como autor me acuerdo de oírlos, que parecían personas con su lenguaje de pájaros por el anochecer. El Pero Luis repite su nombre insistentemente cuantas veces crea necesario; el apagado hace lo mismo, incluso se pone por fuera de la puerta o ventana o por lo alrededores, pero no muy lejos, como he dicho ya, repitiendo su nombre; el más miedo que daba era el apagado: decían que berruntan graves presagios, en este caso la muerte de alguien, especialmente de la familia; y es curioso que por lo regular resultaba ser así, y estos hechos no pasaban muchos días que se realizara. De hecho decía el mago después de los hechos: “yo cuando oí cantar al apagado que nos visitó la otra noche me dije: algo va ha ocurrir, y así fue, carajo”: la muerte del familiar o la desgracia que terminó en muerte. Por lo regular estos pájaros nocturnos suelen ser de color negro, pero no el alcairón, que es como un gris parduzco, y cuando hablamos de lo negro le tienen mayor temor los magos. Finalmente decir que cuando estos pajarracos visitan o visitaban, les trataban de intimidar ahuyentándolos y no obedecían, porque más se emperraban en dar el mensaje, y entonces era más la razón para tenerles más temor.


domingo, 3 de enero de 2010

El régimen de fuera de ordenación o el urbanismo desarrollista


No soy jurista ni arquitecto, así que no voy a explicar los perjuicios legales y económicos que sufrirán quienes tengan su vivienda fuera de ordenación. Ya ha sido explicado suficientemente con motivo del conflicto abierto recientemente en Santa Cruz. Simplemente estudié en su día los PGO de Candelaria y de El Rosario y colaboré con los movimientos sociales que aglutinaban a los vecinos afectados, donde siendo profanos acabamos aprendiendo mucho de urbanismo.

Una tropelía común a ambos planes (su autor es de los arquitectos firmantes del artículo “Reflexiones sobre el PGO y el régimen de fuera de ordenación” publicado el 26 de diciembre) era que dejaban fuera de ordenación a gran parte de las viviendas existentes en Barranco Hondo, Igueste, Cuevecitas, Araya, Malpaís, El Chorrillo, San Isidro, Llano del Moro y La Esperanza al ensanchar desmesuradamente las carreteras y calles que discurren por dichos pueblos y barrios. La carretera general del Sur por ejemplo se ensancha hasta 22 metros, en forma de rambla, sin que se justificara tanta anchura por la densidad de tráfico porque sólo prevé dos carriles, dejando la mayor parte del espacio para rambla, aceras, aparcamientos y jardines. No había más justificación que las nuevas urbanizaciones que se proyectaban en las medianías de dichos municipios, por lo que esas carreteras y calles quedaban convertidas en “ejes estructurantes del nuevo desarrollo urbanístico propuesto en el PGO”, y por eso sobraba la edificación tradicional a ambos lados de las vías. En suma, no se planificaba para las necesidades de la población actual, que parece está destinada a la extinción, sino para grandiosos proyectos urbanísticos que, de llevarse a cabo, cuadruplicarían la población de Candelaria desde los 22.735 actuales a los 84.400 previstos en el PGO. En el caso de El Rosario, únicamente la triplicaba.

El PGO de Santa Cruz deja fuera de ordenación a la cuarta parte de la población de la ciudad al disminuir el número de plantas, con la justificación de que el planeamiento anteriormente vigente disponía una edificabilidad excesiva para unas estructuras urbanas que no estaban concebidas para soportarla. Así queda un remanente de edificabilidad teórica que permite construir algunas torres de muchos pisos en ciertos solares cuyos propietarios tienen los nombres y apellidos que ustedes que me leen ya han adivinado.

El análisis del urbanismo desarrollista no es completo si sólo se hace municipio a municipio. Hay que hacerlo a nivel de isla. Ya mencionamos dos municipios cuyos PGO multiplican por varios enteros su población actual. No he hecho la cuenta, pero estoy seguro que si sumamos las previsiones de población de todos los PGO de la isla de Tenerife podríamos tener en 2.000 Km2 a 4 o 5 millones de habitantes, densidad de población comparable a las de Hong Kong o Singapur
Puede que el resultado final del PGO sea disminuir la densidad de población en Santa Cruz, pero es que estos señores están pensando en la “isla-ciudad”. No otra es la razón de tantos anillos, puertos, aeropuertos, polígonos y trenes. Si la ciudad se va extender por toda la isla como el Singapur del Atlántico, Santa Cruz puede convertirse en la zona residencial y comercial de lujo, pero sobran muchos vecinos a los que hay que dejar fuera de ordenación.