José Martí nos enseña que quien resiste con perseverancia acaba trinfando

TRES HEROES - José Martí

Hay hombres que viven contentos aunque vivan sin decoro. Hay otros que padecen como en agonía cuando ven que los hombres viven sin decoro a su alrededor. En el mundo ha de haber cierta cantidad de decoro, como ha de haber cierta cantidad de luz. Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres. Esos son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que les roban a los pueblos su libertad, que es robarles a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana. Esos hombres son sagrados.




Un hombre solo no vale nunca más que un pueblo entero; pero hay hombres que no se cansan, cuando su pueblo se cansa, y que se deciden a la guerra antes que los pueblos, porque no tienen que consultar a nadie más que a sí mismos, y los pueblos tienen muchos hombres, y no pueden consultarse tan pronto. Ese fue el mérito de Bolívar, que no se cansó de pelear por la libertad de Venezuela, cuando parecía que Venezuela se cansaba.



miércoles, 7 de diciembre de 2011

2011, comienzo del fin de régimen



La victoria del PP en las recientes elecciones del 20 de noviembre de 2011 no es ni buena ni mala; simplemente era inevitable. Es el fin del ciclo histórico que comenzó otro 20 de noviembre de hace 36 años. No ganó el PP, sino que se hundió el PSOE, al haber caducado la misión histórica que la socialdemocracia había asumido: la implantación y mantenimiento del estado del bienestar.

El sistema capitalista y el estado del bienestar no eran antagónicos, sino complementarios. El sistema capitalista necesitaba paz social, una amplia base de consumidores satisfechos, y la demanda de bienes y servicios que representaba el estado, para continuar creciendo; el estado del bienestar necesitaba que hubiera crecimiento para recuadar impuestos (cada vez menos) o para vender deuda pública (cada vez más). En su fase terminal, el sistema capitalista termina por socavar la propia base sobre la que se sostiene. Los mercados consideran que los mismos estados que garantizan los depósitos bancarios, y que están dispuestos a rescatar a los bancos insolventes a costa de lo que fuera, ya no son lo suficientemente solventes como para que merezca la pena seguir comprando su deuda, y les exigen garantías leoninas. “La economía no volverá a la senda del crecimiento hasta no que no se hagan ajustes estructurales”, es el mantra que repiten. El 12 de mayo de 2010, fecha en la que el señor Rodríguez Zapatero anunció su programa de recortes “para calmar a los mercados” y sacó el Real Decretazo-Ley correspondiente es el día, no sólo de su rendición como estadista, sino de la constatación del fracaso histórico de la socialdemocracia; el 20 de noviembre de 2011 el PSOE no hizo más que cosechar los frutos.
La otra fecha que marca el fin de ese ciclo histórico de 36 años es la del 1 de septiembre de 2011, día en que el PPSOE rompió el consenso sobre el que se basaba el estado de las autonomías, la otra pata que sostenía el régimen construido durante la transición.La reforma constitucional acordada para los 17 estados de la zona Euro por la señora Merkel y el señor Sarkozy en la reunión que tuvieron el 15 de agosto de 2011, trasladada por sorpresa por el señor Rodríguez Zapatero el 23 de agosto ante el parlamento reunido de urgencia en periodo vacacional sin que la conociera previamente ni su propio gobierno, y votada el 1 de septiembre por los parlamentarios del PPSOE de forma sumarísima, sin admisión de enmienda alguna y sin posibilidad de someterla a referendum, además de un acto de vasallaje no visto en España desde los tiempos de Godoy, es un golpe de estado contra las comunidades autónomas. Según el texto dictado por Merkozy y aprobado por el PPSOE:
"El Estado y las Comunidades Autónomas no podrán incurrir en un déficit estructural que supere los márgenes establecidos, en su caso, por la Unión Europea para sus Estados Miembros (…) El Estado y las Comunidades Autónomas habrán de estar autorizados por Ley para emitir deuda pública o contraer crédito (…) Los créditos para satisfacer los intereses y el capital de la deuda pública de las Administraciones se entenderán siempre incluidos en el estado de gastos de sus presupuestos y su pago gozará de prioridad absoluta. (…) El volumen de deuda pública del conjunto de las Administraciones Públicas en relación al producto interior bruto del Estado no podrá superar el valor de referencia establecido en el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea”

Falta ahora la segunda parte: que se constate el fracaso del ultraliberalismo, dejado a sus anchas y sin cortapisa alguna, para sacar al mundo, y a España en particular, de la crisis sistémica; para rescatar al sistema financiero (y de paso al sector inmobiliario) sin que su peso haga zozobrar al conjunto de la economía, o alternativamente para dejarlo hundirse (resistiendo las presiones de Alemania y Francia, acreedores finales) sin que arrastre al resto.

El PP es también parte de la casta responsable del desastre actual. Lo más granado del PP forma parte de los consejos de administración de la cajas de ahorro de las comunidades autónomas, diputaciones y ayuntamientos que controla. Donde el PP gobierna el despilfarro público no tiene nada que envidiarle al de los demás partidos. La burbuja inmobiliaria comenzó a ser inflada por el primer gobierno del señor Aznar (¿No recuerdan al señor Alvarez-Cascos diciendo que los pisos subían de precio porque los españoles eran capaces de pagarlos?), el señor Rodríguez –Zapatero no hizo más que continuar la inercia. Toda medida seria contra la crisis que el PP se vea obligado a tomar lo acabará perjudicando en sus propias carnes, y será causa la defección de la base social que lo votó masivamente y que aún espera el milagro dela multiplicación de los panes y los peces.

Véase cómo las críticas más duras que ya ha comenzado a recibir el señor Rajoy no le vienen de la izquierda, sino de su derecha. El profesor Roberto Centeno advierte al señor Rajoy que rescatar a la banca a costa del erario, mediante la creación de un “banco malo” que se coma los pufos, es “una canallada histórica”:
¿Saben ustedes lo que es un “banco malo”? Para que lo entiendan con claridad, “banco malo” es hambre, dolor, miseria y desesperación para millones de familias españolas. El “banco malo” consiste en crear una entidad financiera que compre a valor contable o similar todos los activos dañados o tóxicos de las entidades con problemas, es decir, todas, para que estas puedan seguir operando como si no hubiera pasado nada. El banco vendería después estos activos por lo que pudiera y asumiría la pérdida. ¿Qué pérdida? 100.000 o 150.000 millones de euros. Dicen los interesados y sus plumas mercenarias, que se utilice el dinero que nos va a prestar el FMI o el Fondo Europeo de Estabilidad, como si eso no fuera dinero de los españoles.
Ese dinero es para las pensiones, para los parados, para la sanidad, para la dependencia y robárselo a éstos, porque de un robo se trata, y regalárselo a los bancos, es condenar a la miseria a millones o a morirse en los pasillos de la sanidad porque no hay dinero para operarles. Eso es el “banco malo”, lo vistan como lo vistan, una canallada histórica.
Las condiciones para el cambio ya están dadas, la base social que apoya al PP es menor que la suma de todos los descontentos, si sabemos interpretar los números electorales por lo que realmente demuestran, e irá inevitablemente menguando según vaya aumentando la escora de este Titanic en el que estamos embarcados.