No hay cosa más difícil de tratar, ni más dudosa de conseguir, ni más peligrosa de conducir, que hacerse promotor de la implantación de nuevas instituciones. La causa de tamaña dificultad reside en que el promotor tiene por enemigos a todos aquéllos que sacaban provecho del viejo orden y encuentra unos defensores tímidos en todos los que se verían beneficiados por el nuevo.
Maquiavelo. El Príncipe, capítulo VI “De los principados nuevos adquiridos con las armas propias y con virtud”
Mantener el Poder es
relativamente sencillo cuando quien lo ejerce se limita a heredar un Estado que
ya existía o, aunque suplante a la casta anterior a su llegada, mantiene las viejas
instituciones y los viejos modos de hacer política. Para Maquiavelo lo
verdaderamente complicado es crear un Estado nuevo, por la incredulidad de los
hombres “quienes – en realidad- nunca creen en lo nuevo hasta que adquieren una
firme experiencia de ello”; nada que no hayamos experimentado quienes nos
presentemos a las elecciones con una alternativa de cambio.
Solo es posible crear un Estado
nuevo si se da la rara combinación de poseer virtud y encontrar oportunidad. La
virtud es la capacidad y el valor; la oportunidad es coincidir con el momento
histórico adecuado. Sin oportunidad la virtud se pierde, sin virtud la
oportunidad viene en vano; más bien es la virtud la que permite a quien la
posee el reconocer la oportunidad y aprovecharla en beneficio de la alternativa.
El éxito de los innovadores depende
de si dependen de otros o si se valen por si mismos, de “si para llevar
adelante su obra necesitan predicar o, por el contrario, pueden recurrir a la
fuerza”, es decir, si cuentan con lo que Maquiavelo llama “armas propias”. En
la época de Maquiavelo en que la forma habitual de cambio político era mediante
conflictos armados, las “armas propias” eran las tropas fieles por haber sido
reclutadas entre los propios conciudadanos. Maquiavelo prefiere contar con
estas tropas antes que con mercenarios, de fidelidad dudosa. En nuestra época
en que el cambio viene del juego electoral, las “armas propias” son las
organizaciones y los partidos comprometidos con tu proyecto y que cuentan con
base social amplia.
Otra forma de adquirir el Poder
es mediante armas ajenas y por la fortuna, pero nunca es estable el principado
así obtenido. Quien llega al poder gracias a que era la bisagra que permitía
completar la mayoría de otros, no tiene armas propias. Quien es la fuerza
hegemónica, aunque haya tenido que establecer alianzas con fuerzas menores,
tiene armas propias.
Maquiavelo, ese incompredido-II
Maquiavelo, ese incomprendido- y III
Maquiavelo, ese incompredido-II
Maquiavelo, ese incomprendido- y III
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