José Martí nos enseña que quien resiste con perseverancia acaba trinfando

TRES HEROES - José Martí

Hay hombres que viven contentos aunque vivan sin decoro. Hay otros que padecen como en agonía cuando ven que los hombres viven sin decoro a su alrededor. En el mundo ha de haber cierta cantidad de decoro, como ha de haber cierta cantidad de luz. Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres. Esos son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que les roban a los pueblos su libertad, que es robarles a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana. Esos hombres son sagrados.




Un hombre solo no vale nunca más que un pueblo entero; pero hay hombres que no se cansan, cuando su pueblo se cansa, y que se deciden a la guerra antes que los pueblos, porque no tienen que consultar a nadie más que a sí mismos, y los pueblos tienen muchos hombres, y no pueden consultarse tan pronto. Ese fue el mérito de Bolívar, que no se cansó de pelear por la libertad de Venezuela, cuando parecía que Venezuela se cansaba.



domingo, 31 de mayo de 2015

Maquiavelo, ese incomprendido

No hay cosa más difícil de tratar, ni más dudosa de conseguir, ni más peligrosa de conducir, que hacerse promotor de la implantación de nuevas instituciones. La causa de tamaña dificultad reside en que el promotor tiene por enemigos a todos aquéllos que sacaban provecho del viejo orden y encuentra unos defensores tímidos en todos los que se verían beneficiados por el nuevo.

Maquiavelo. El Príncipe, capítulo VI “De los principados nuevos adquiridos con las armas propias y con virtud”

Mantener el Poder es relativamente sencillo cuando quien lo ejerce se limita a heredar un Estado que ya existía o, aunque suplante a la casta anterior a su llegada, mantiene las viejas instituciones y los viejos modos de hacer política. Para Maquiavelo lo verdaderamente complicado es crear un Estado nuevo, por la incredulidad de los hombres “quienes – en realidad- nunca creen en lo nuevo hasta que adquieren una firme experiencia de ello”; nada que no hayamos experimentado quienes nos presentemos a las elecciones con una alternativa de cambio.

Solo es posible crear un Estado nuevo si se da la rara combinación de poseer virtud y encontrar oportunidad. La virtud es la capacidad y el valor; la oportunidad es coincidir con el momento histórico adecuado. Sin oportunidad la virtud se pierde, sin virtud la oportunidad viene en vano; más bien es la virtud la que permite a quien la posee el reconocer la oportunidad y aprovecharla en beneficio de la alternativa.

El éxito de los innovadores depende de si dependen de otros o si se valen por si mismos, de “si para llevar adelante su obra necesitan predicar o, por el contrario, pueden recurrir a la fuerza”, es decir, si cuentan con lo que Maquiavelo llama “armas propias”. En la época de Maquiavelo en que la forma habitual de cambio político era mediante conflictos armados, las “armas propias” eran las tropas fieles por haber sido reclutadas entre los propios conciudadanos. Maquiavelo prefiere contar con estas tropas antes que con mercenarios, de fidelidad dudosa. En nuestra época en que el cambio viene del juego electoral, las “armas propias” son las organizaciones y los partidos comprometidos con tu proyecto y que cuentan con base social amplia.


Otra forma de adquirir el Poder es mediante armas ajenas y por la fortuna, pero nunca es estable el principado así obtenido. Quien llega al poder gracias a que era la bisagra que permitía completar la mayoría de otros, no tiene armas propias. Quien es la fuerza hegemónica, aunque haya tenido que establecer alianzas con fuerzas menores, tiene armas propias.

Maquiavelo, ese incompredido-II

Maquiavelo, ese incomprendido- y III

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