José Martí nos enseña que quien resiste con perseverancia acaba trinfando

TRES HEROES - José Martí

Hay hombres que viven contentos aunque vivan sin decoro. Hay otros que padecen como en agonía cuando ven que los hombres viven sin decoro a su alrededor. En el mundo ha de haber cierta cantidad de decoro, como ha de haber cierta cantidad de luz. Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres. Esos son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que les roban a los pueblos su libertad, que es robarles a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana. Esos hombres son sagrados.




Un hombre solo no vale nunca más que un pueblo entero; pero hay hombres que no se cansan, cuando su pueblo se cansa, y que se deciden a la guerra antes que los pueblos, porque no tienen que consultar a nadie más que a sí mismos, y los pueblos tienen muchos hombres, y no pueden consultarse tan pronto. Ese fue el mérito de Bolívar, que no se cansó de pelear por la libertad de Venezuela, cuando parecía que Venezuela se cansaba.



miércoles, 6 de mayo de 2015

La Vieja y la Nueva Política



En estos tiempos revueltos en que todavía lo nuevo no acaba de nacer, ni lo viejo de morir, algunos queremos hacer nueva política pero nos vemos enredados continuamente en las prácticas de la vieja política.

Las asambleas son una poderosa herramienta para que el pueblo ejerza la democracia directa, pero pueden degenerar en asamblearismo, si acaban cayendo en manos de quienes tienen más tiempo libre, o más espíritu gregario. Una jauría humana de apenas 20 o 30 personas “empoderadas” puede desvirtuar cualquier movimiento asambleario, si les da por asumir ellos solos la representación del resto de la humanidad, imponiendo una dinámica de reuniones continuas pero cada vez menos numerosas, en las que el orden del día es el que sobre la marcha se les ocurre, y si no "se hace una votación para decidir si lo votamos".  

En las asambleas surgen liderazgos. Puede haber liderazgo carismático, basado en la capacidad de una persona de generar ilusión en los demás por su capacidad o su valor; puede haber liderazgo colectivo, basado en el consenso social creado en torno a una organización; puede haber liderazgo burocrático, basado en haber obtenido alguna vez un carguito, aunque fuera (por ejemplo) porque lo votaron 62 contra 56, y atrincherarse en ese carguito esperando pleitesía independientemente de las normas que uno se salte o del uso que haga de dicho carguito.

Una organización puede aspirar a acabar representando a la inmensa mayoría de la sociedad, pero frecuentemente su debate interno se reducirá a que fulanito es más auténtico que  menganito porque él ingresó el primero en (por ejemplo)la fecha de 30 de enero, y el otro lo hizo el 15 de febrero, y esos dos son a su vez mejores que quienes se unieron en junio, julio o agosto.


No saldremos fácilmente de estas dinámicas, porque los mecanismos por los que acaba prevaleciendo el interés particular, sea de uno solo, de unos pocos o de una multitud, sobre el general, son tan antiguos como la vida en sociedad. Aristóteles sabía mucho del asunto, no en vano en su época se practicaba la democracia radical como nunca después se ha intentado hacer, hasta ahora.

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