José Martí nos enseña que quien resiste con perseverancia acaba trinfando
TRES HEROES - José Martí
Hay hombres que viven contentos aunque vivan sin decoro. Hay otros que padecen como en agonía cuando ven que los hombres viven sin decoro a su alrededor. En el mundo ha de haber cierta cantidad de decoro, como ha de haber cierta cantidad de luz. Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres. Esos son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que les roban a los pueblos su libertad, que es robarles a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana. Esos hombres son sagrados.
Un hombre solo no vale nunca más que un pueblo entero; pero hay hombres que no se cansan, cuando su pueblo se cansa, y que se deciden a la guerra antes que los pueblos, porque no tienen que consultar a nadie más que a sí mismos, y los pueblos tienen muchos hombres, y no pueden consultarse tan pronto. Ese fue el mérito de Bolívar, que no se cansó de pelear por la libertad de Venezuela, cuando parecía que Venezuela se cansaba.
Mi hijo Juan ha estado unos meses en California, USA, y me cuenta que se asombró de ver lo bien que se daban allí las plantas canarias, algunas como ornamentales dominando los paisajes urbanos, caso de la Palmera Canaria o el Pino Canario, y otras abiertamente como plantas invasoras, causando impactos sobre los ecosistemas locales que no tendrían nada que envidiar a los que aquí y en otros lugares causa el Rabo de Gato Pennisetum setaceum, especie originaria de Africa Oriental.
Una especie de Bejeque, el Aeonium arborecens, se da de maravilla
en todos los jardines y solares de la zona de Los Angeles, incluso en los tejados
de las casas, pero no ha sido catalogada todavía en los USA como planta
invasora, no así en Australia donde coloniza las dunas costeras del sur del
país.
El Pino canario Pinus
canariensis está omnipresente en jardines y parques de toda California, pero también está
colonizando áreas silvestres desplazando a especies locales valiéndose de su
capacidad para acidificar el suelo, aparte de que su resistencia al fuego le ha
supuesto una ventaja ante los graves incendios que se han dado los últimos
años.
Pinus canariensis en San Gabriel Mountains. Los Angeles County, California.
La Magarza de Costa Argyranthemum
frutescens ha despertado la alarma
de los botánicos chilenos:
“Un número importante de individuos se han
asilvestrado, al menos desde hace 10 años, en el borde de la carretera
Panamericana entre La Serena y la cuesta de Buenos Aires. Esta especie ha sido
reportada como invasora en una serie de países de Europa, en EEUU y en
Australia. Se sugiere que los organismos encargados tomen medidas que lleven a
su erradicación con el fin de que no se transforme en una planta invasora”
El Tagasaste Chamaecytisus palmensis, conocido internacionalmente como Tree Lucerne (árbol alfalfa), ha tenido
gran éxito en Nueva Zelanda, Australia y Sudafrica como planta forrajera. Sólo
en el oeste de Australia ocupa unas 100.000 Has., más del doble de la actual superficie
agraria cultivada de Canarias. En Nueva Zelanda ha llegado a naturalizarse y
pasar a ser considerada invasora.
Explotaciones ganaderas extensivas en Sudáfrica sembradas de tagasaste
El caso extremo de existencia menesterosa en el lugar de
origen pero éxito en el exterior es la Siempreviva de Masca Limonium perezii. Según Lázaro Sánchez-Pinto:
“En California abundan las siemprevivas
arbustivas, entre ellas, una especie exclusiva de Masca que, en su hábitat
original, un barranco basáltico, no llega a los 200 ejemplares en menos de 2
kilómetros cuadrados. Esta planta ha alcanzado las proporciones de una
"mala hierba" en las zonas costeras de California, en áreas de arenas
consolidadas, como las antiguas dunas de Santa Mónica o Laguna Beach, lo que da
muestra de su poder de adaptación.”
Limonium perezii en Disney World, Los Angeles. Autor: Ian Cooke
La Faya Myrica faya, conocida con el expresivo nombre de Firetree (Arbol Fuego), es una competencia tan agresiva para la vegetación local en el parque natural de los Volcanes de Hawaii HAVO, donde hay vulcanismo activo, que los expertos discuten en las publicaciones si vale la pena combatirlo con el herbicida Glifosato a pesar de estar en espacios protegidos, o si es mejor inocularle Botrytis.
Myrica faya en HAVO Hawaii. Autores Forest Starr & Kim Starr
Es evidente que esta capacidad de
los endemismos canarios para colonizar nuevos espacios viene de su adaptación a
un medio difícil, azotado periódicamente por sequías extremas y devastado
muchas veces a lo largo del tiempo geológico por erupciones volcánicas. Es la
capacidad de sobrevivir a las catástrofes lo que les convierte en pioneros
perfectos.
Llegados a este punto es
inevitable comparar, a riesgo de que me acusen de determinismo geográfico, a
los paisanos con el país y el paisaje que habitan. A lo largo de la historia los
canarios hemos subsistido como hemos podido, arrinconados en un medio limitado
y pobre en recursos, soportando también como grupo humano circunstancias
sociales y políticas adversas, y no hemos desarrollado nuestro potencial más
que cuando hemos salido fuera.
El sabio Alexander von Humboldt,
que pasó por las islas en el tránsito entre los siglos XVIII y XIX estudiando
el país pero sin dejar de hacer observaciones sobre el paisanaje, así lo expone.
Para apreciar bien a los canarios no sólo era suficiente verlos en las islas,
“donde trabas poderosas se oponen al desarrollo de la industria” -dice-, sino
que era necesario estudiarlos “en las estepas de la provincia de Caracas, en
las faldas de los Andes y donde quiera que estén aislados en comarcas
inhabitadas y han tenido ocasión de desplegar su energía y actividad, que son
las verdaderas riquezas de un colono”, comenta Humboldt.
“Los canarios son un pueblo honrado, sobrio
y religioso, pero se despliega entre ellos mucho menos industria que en los
países extranjeros. Una imaginación inquieta y emprendedora conduce a estos
insulares, igualmente que a los vizcaínos y catalanes, a la América y a donde
hay establecimientos españoles, desde el Chile y La Plata hasta el Nuevo
Méjico. Los progresos de la agricultura en estas colonias se les debe a ellos
en una gran parte. Todo el archipiélago no contiene más que 160.000 habitantes,
y los isleños son quizá más numerosos en el nuevo continente que en su antigua
patria.
(…)
El pueblo bajo es laborioso, pero su
actividad se desenvuelve más en los países lejanos que en Tenerife, en donde
encuentra obstáculos que una sabia administración podría desterrar
progresivamente. Disminuirán las emigraciones si se logra repartir entre los
particulares las tierras señoriales no cultivadas, vender las que están anexas
a los mayorazgos de las grandes familias y abolir poco a poco los derechos
feudales.”
Derechos feudales y mayorazgos que, bajo otras formas y circunstancias, pero con el mismo fondo, continúan obligando a los canarios a desplegar su industria en lugares remotos.
No hay mejor demostración acerca
de la insostenibilidad del paradigma químico como ver un cultivo hidropónico
abandonado. Cultivar fuera del suelo es la forma de forzar al máximo la
productividad por unidad de superficie, aportando nutrientes sin las
limitaciones que impone el suelo, aunque a costa de grandes inversiones en
instalaciones que requieren una atención permanente por parte de personal
especializado. El agricultor puede llegar a producir el triple de cosecha que
en cultivo normal, pero acabar arruinado con bastante facilidad.
Como ya expliqué hace un año en
otro post LAS BASES CIENTIFICAS DE LA AGRICULTURA ECOLOGICA, la teoría de Liebig, sobre la que se basa la agricultura química, es
rigurosamente cierta desde el punto de vista de la química inorgánica, pero ignora
completamente todo lo relacionado con la microbiología porque es la teoría de
alguien que no creía en los microorganismos (Liebig se pasó muchos años
polemizando con su contemporáneo Pasteur sobre si los microorganismos existían).
La microbiología del suelo es la
base de la edafología: nada puede saber del suelo quien prescinda de que el
suelo está vivo. Cuando se ignoran las consecuencias que tiene la agricultura
química sobre el suelo, se entra en una espiral de problemas crecientes. Los
abonos químicos aún en pequeña cantidad interfieren negativamente sobre la
actividad de los microorganismos del suelo, responsables de la formación del
humus (fundamento de la estructura física del suelo y de su capacidad para
almacenar nutrientes) a partir de la materia orgánica, de la solubilización de
los nutrientes y de su absorción por las raíces de las plantas. La falta de
materia orgánica en el suelo favorece la proliferación excesiva de
microorganismos patógenos (hongos, bacterias y nemátodos) responsables de
enfermedades en las raíces. Los suelos pobres en materia orgánica tienen una
estructura física frágil y tienden fácilmente a encharcarse. En situaciones de
sequía, su capacidad de almacenamiento de agua se ve así mismo reducida.
Si en el suelo hay problemas,
cada vez peores, el paso siguiente es prescindir del suelo. Es perfectamente
posible cultivar plantas en soluciones nutritivas completamente minerales sin
absolutamente nada de suelo, como demostraron Sachs y Knop hacia 1860, lo que
pareció confirmar este paradigma químico.
Una solución nutritiva o un
sustrato estéril en el que la única materia orgánica son las raíces del cultivo
es un medio perfecto para los hongos patógenos de estas raíces, que podrían
proliferar de forma explosiva al no tener competidores naturales. La solución
nutritiva ha de contener permanentemente un fungicida (suele emplearse
Metalaxil) además de extremar las precauciones al desinfectar sustratos y
recipientes.
La temperatura de la solución
nutritiva debe de estar estrictamente controlada entre unos valores de entre 15
y 24ºC, debiendo calentarse o refrigerarse según sea necesario, sin que
tengamos al suelo como regulador de la temperatura. Una temperatura demasiado
fría provoca retraso en el desarrollo de las raíces y alteraciones en la
absorción de nutrientes. Una temperatura demasiado caliente provoca deficiencia
en el oxígeno disuelto que necesitan las raíces, lo que hace a las raíces susceptibles a pudrición, marchitez y ataques
de hongos.
A fin de garantizar ese mínimo
contenido en oxígeno disuelto, la solución nutritiva siempre tiene que estar
circulando.
La solubilidad de los nutrientes
depende estrechamente del pH de la solución, que debe estar siempre entre 5,5 y
6,5, sin que tengamos al suelo como tampón, o regulador del pH. Los nutrientes
tienen que estar perfectamente balanceados entre sí, o la planta tendrá
problemas fisiológicos por deficiencias, sin que el suelo pueda actuar como
reservorio de nutrientes.
La conductividad de la solución tiende a aumentar por
el consumo hídrico, y siempre se ha de mantener bajo cierto nivel o habrá
problemas por exceso de salinidad.
Es fácil que un agricultor
hidropónico pierda su cultivo en pocos días si se avería el sistema de
calefacción o de refrigeración del agua, o el inyector de fungicida, o el de inyección
de ácidos para regular el pH, o si fallan los termostatos o los sensores
correspondientes. Yo conozco varios casos.
Aunque el cultivo rindiera en
toneladas lo que tiene que rendir, es frecuente que los agricultores acaben
ahogados por los gastos debidos a sus costosas inversiones, con mayor motivo si
la superproducción de todos, o la lógica del monocultivo y de la globalización,
acaba hundiendo los precios. Finalmente, o por no ser capaz ese pequeño
agricultor de mantener adecuadamente su costosa instalación, o por estar
asfixiado financieramente por los gastos debidos a esa costosa instalación, sea
pequeño o grande, el resultado frecuente es la ruina y el abandono, como
comprueba tristemente quien recorra las zonas productoras.
La agricultura ecológica no es más que una tecnología, pero ninguna tecnología es neutral. La campaña de desinformación promovida por la industria transgénica se centra, sin querer quitarse la careta de científica, en negar que las tecnologías alternativas tengan base científica. Contra el argumento demagógico, que prende fácilmente entre los desinformados, no hay más defensa que la divulgación asequible pero rigurosa. Este brevísimo argumentario en favor de la agricultura ecológica no tiene otro propósito. Puede ser citado, copiado, ampliado, comentado, publicado, divulgado, y por supuesto discutido, en la forma que mejor le plazca a los lectores.
¿Tiene base científica la agricultura ecológica? La agricultura ecológica se basa en los trabajos de varias escuelas de agrónomos, edafólogos, fitopatólogos, microbiólogos y fisiólogos vegetales que, desde los años 30 del siglo pasado, plantean formas alternativas de entender la agricultura, como reacción frente a las consecuencias negativas que acarrea la aplicación tecnológica de la agricultura química.
¿Cuál es el objetivo de la agricultura ecológica? El objetivo común de todas estas escuelas es que la actividad agraria sea sostenible (o perdurable), es decir, que pueda mantenerse indefinidamente en el tiempo satisfaciendo las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer su capacidad de satisfacer las de las generaciones futuras.
¿Por qué la agricultura química es insostenible? El abonado químico tiene consecuencias negativas sobre la fertilidad del suelo; el tratamiento con fitosanitarios de síntesis desequilibra las relaciones entre las plagas y enfermedades y sus enemigos naturales; ambos afectan negativamente a la capacidad de las plantas de resistir ataques de plagas y enfermedades y condiciones de stress (sequía, temperaturas extremas, etc). El monocultivo y la falta de biodiversidad agravan todos estos problemas, además de tener consecuencias sociales y económicas indeseables. Por otra parte, los insumos que emplea la agricultura química consumen recursos no renovables. La agricultura química representa además una grave causa de contaminación.
¿Por qué, si la agricultura química es insostenible, se ha extendido tanto y se lleva tanto tiempo practicando? La agricultura química no se implantó a gran escala más que después de las dos guerras mundiales, cuando los países beligerantes desarrollaron espectacularmente la industria de fabricación de nitratos, base de la industria de explosivos. Acabada la guerra, para que no quedara capacidad ociosa, se destinó el excedente a fertilizantes para la agricultura. La demanda de la agricultura por fertilizantes químicos nunca hubiera impulsado por sí sola esta tecnología, pero una vez desarrollada la capacidad productiva y creada la oferta, había que mantener y aumentar la demanda. La industria de los plaguicidas de síntesis también comenzó como una tecnología con finalidad bélica a la que posteriormente se le dio una aplicación agrícola.
¿Por qué el abonado químico tiene consecuencias negativas sobre la fertilidad del suelo, siendo así que las plantas toman los nutrientes del suelo en forma mineral? Los abonos químicos aún en pequeña cantidad interfieren negativamente sobre la actividad de los microorganismos del suelo, responsables de la formación del humus (fundamento de la estructura física del suelo y de su capacidad para almacenar nutrientes) a partir de la materia orgánica, de la solubilización de los nutrientes y de su absorción por las raíces de las plantas.
¿Qué otras consecuencias negativas tiene la falta de materia orgánica en el suelo? La falta de materia orgánica en el suelo favorece la proliferación excesiva de microorganismos patógenos (hongos, bacterias y nemátodos) responsables de enfermedades en las raíces. Los suelos pobres en materia orgánica tienen una estructura física frágil y tienden fácilmente a encharcarse. En situaciones de sequía, su capacidad de almacenamiento de agua se ve así mismo reducida.
¿Por qué los fitosanitarios de síntesis desequilibran las relaciones entre las plagas y enfermedades y sus enemigos naturales? En un agrosistema estable las plagas (insectos y ácaros) y enfermedades (hongos, bacterias y nemátodos) están en equilibrio con sus enemigos naturales (otros insectos, ácaros, hongos, bacterias y nemátodos que los parasitan). Los fitosanitarios de síntesis acaban con estos enemigos naturales, lo que finalmente causa una proliferación más rápida y descontrolada de las plagas y enfermedades.
¿Qué otra consecuencia tiene el empleo reiterado de fitosanitarios de síntesis? Que plagas, enfermedades y malas hierbas adquieran resistencias por selección natural, con más rapidez cuanto mayor sea esa presión de selección, de forma que los fitosanitarios sean cada vez menos efectivos.
¿Por qué el abonado químico y los fitosanitarios de síntesis afectan negativamente a la capacidad de las plantas de resistir ataques de plagas y enfermedades y condiciones de stress? Los agrotóxicos y los abonos minerales solubles interfieren en el metabolismo vegetal, alterando la concentración de nutrientes en la savia y favoreciendo por tanto la sensibilidad de la planta ante los ataques de insectos, ácaros, hongos, bacterias y virus; y bloqueando su capacidad de producir sus propias toxinas específicas contra esas enfermedades, o sus mecanismos de defensa contra las condiciones de stress.
¿Por qué son tan nefastos los monocultivos y la falta de biodiversidad? El abandono de las rotaciones de cultivo favorece la proliferación de las plagas y enfermedades específicas de esa especie o familia objeto de monocultivo, y que los suelos queden esquilmados en aquéllos nutrientes de los que esa especie o familia sea particularmente exigente. Por el contrario, en un agrosistema diverso las diferentes especies pueden favorecerse unas a otras por albergar a los enemigos naturales de las plagas y enfermedades que afectan a sus vecinas, sin competir excesivamente entre sí por los mismos nutrientes o espacio, de la misma manera que un ecosistema natural (por ejemplo un bosque primario) es más estable cuanto más diverso.
¿Qué consecuencias sociales y económicas indeseables tienen los monocultivos? Los monocultivos repercuten negativamente sobre la rentabilidad económica de las pequeñas y medianas explotaciones agrarias, incapaces de competir con las grandes, sobre la estabilidad social de las comunidades campesinas y sobre la soberanía alimentaria de los pueblos. De ahí que la moderna Agroecología estudie los sistemas agrícolas desde una perspectiva no sólo agronómica y ecológica, sino también socioeconómica, como parte de la sostenibilidad (o perdurabilidad) tomada en un sentido amplio.
¿Por qué, si la Agroecología estudia los sistemas agrícolas desde una perspectiva socioeconómica, y si promueve la soberanía alimentaria, existen certificaciones de productos ecológicos que amparan mercancías transportadas desde otros continentes, producidas por empresas cuyo objetivo es la exportación?Mientras las comunidades campesinas y los agricultores ecológicos tengan que competir en un mercado global, no tienen más remedio que servirse de las mismas armas que se emplean contra ellos. Si renuncian a producir para la exportación, estarán en inferioridad de condiciones (aún más) frente a la gran agroindustria.
¿Por qué los insumos que emplea la agricultura química consumen recursos no renovables? Los abonos nitrogenados que emplea la agricultura química se sintetizan a partir de hidrógeno y nitrógeno atmosférico empleando grandes cantidades de energía fósil; el hidrógeno a su vez se sintetiza mayoritariamente a partir del gas natural. Los abonos fosforados a su vez se extraen de yacimientos menguantes. La escasez de petróleo, gas natural y fosfatos ya se ha puesto de manifiesto, y se refleja en el precio creciente de los abonos químicos.
¿Por qué la agricultura química representa una grave causa de contaminación? Aparte del negativo efecto sobre la capa de ozono de ciertos fitosanitarios de síntesis, como el bromuro de metilo, o de la contribución al calentamiento global de los abonos nitrogenados (en cambio la fertilización orgánica contribuye a la captura de CO2), la industria de la química de síntesis es responsable de haber inventado materias como los organoclorados, o como los organofosforados, que no existían antes en la naturaleza (o solo de forma anecdótica), contra los que el metabolismo de los seres vivos no dispone de ningún mecanismo de defensa: por eso son tan tóxicos y tan persistentes. Los organoclorados son especialmente propensos a acumularse a lo largo de las cadenas alimenticias, y tienen efecto, aún a pequeñísimas concentraciones, como disruptores endocrinos.
¿Son completamente inocuos los productos naturales que emplea la agricultura ecológica en la lucha contra plagas y enfermedades? Las plantas y los microorganismos producen sus propios venenos para defenderse de las plagas y las enfermedades, y muchos de ellos son empleados como fitosanitarios en la agricultura ecológica. Que un producto sea de origen natural no significa necesariamente que sea completamente inocuo. No obstante, los productos naturales llevan millones de años presentes en la naturaleza y el metabolismo de los seres vivos ha tenido tiempo de evolucionar y adaptarse a ellos.
¿Qué necesidad hay en agricultura ecológica de emplear fitosanitarios, aunque sean naturales? La lucha contra plagas y enfermedades se basa principalmente en prácticas culturales que promuevan la biodiversidad y el equilibrio entre plantas, insectos y microorganismos. Sólo excepcionalmente se debería recurrir a los fitosanitarios, aunque sean naturales. Muchos agricultores, de hecho, nunca o rara vez tienen necesidad de emplearlos.
¿Por qué, si la agricultura ecológica tiene base científica, dedican tanto interés los agroecólogos al estudio de las prácticas agrarias tradicionales? Parte del enfoque agroecológico es establecer un diálogo de saberes entre el conocimiento tradicional de los agricultores y la ciencia moderna. Los campesinos de todo el mundo durante miles de años perduraron cooperando con la naturaleza. Por ello los agoecólogos promueven la investigación participativa, a fin de averiguar el fundamento científico de esas prácticas agrarias de las que la experiencia de siglos ha demostrado su sostenibilidad.
¿Por qué, si la agricultura ecológica tiene base científica, hay agricultores ecológicos que elaboran pociones “mágicas” y siembran según un calendario basado en las fases de la Luna y su posición en el zodiaco? El hecho de que un conocimiento no sea científico no significa necesariamente que sea falso. Hay fenómenos en el mundo que son verdaderos, pero que no pueden ser por ahora demostrados de forma científica: no son cuantificables ni medibles, ni pueden ser reproducidos experimentalmente de forma que quien no se los crea los pueda comprobar objetivamente por sí mismo, ni han sido formuladas leyes los que expliquen. De unos puede esperarse que alguna vez sean demostrados científicamente, si se llegara a poder medir, cuantificar y reproducir esas energías de las que esos fenómenos dependen; de otros no, por su naturaleza subjetiva (dependen de que el interesado crea en ello) o por no poderse reproducir (caso de las posiciones de la Luna y los planetas).
La industria transgénica promueve la desinformación. La industria transgénica se pone la careta de científica para vender entre el público desinformado una tecnología insostenible, contaminante, insolidaria, pero que puede reportar a corto plazo pingües beneficios a ciertas empresas muy concretas. La mejor manera de oponerse a los transgénicos es divulgar de la forma más concisa y clara posible, pero conservando un mínimo de rigor , qué son realmente los transgénicos. Este brevísimo argumentario contra el empleo de OGM en agricultura no tiene otro propósito. Puede ser citado, copiado, ampliado, comentado, publicado, divulgado, y por supuesto discutido, en la forma que mejor le plazca a los lectores.
1.¿Qué se entiende por “organismo genéticamente modificado” OGM? Según la legislación vigente (art. 2 de la Ley 9/2003), OGM es cualquier organismo cuyo material genético ha sido modificado de una manera que no se produce de forma natural en el apareamiento o en la recombinación natural.
2.¿Están los adversarios de los OGM en contra de los progresos de la biología molecular? Los adversarios de los OGM no están en contra de que la biología molecular se aplique, con las debidas precauciones y garantías, en medicina o en farmacología, sino sólo contra su empleo en agricultura o ganadería, y en general contra la liberación de OGM en el medio ambiente, de la misma forma que se puede estar a favor del empleo de la radioterapia para tratar el cáncer, pero no de las centrales nucleares.
3.¿Por qué no emplean OGM los agricultores ecológicos, si el hombre lleva miles de años mejorando genéticamente los organismos cultivados? La Agricultura ecológica admite la mejora genética clásica, incluyendo los poliploides (por ejemplo los triticales), los híbridos comerciales y los organismos procedentes de cultivo de tejidos in vitro, porque en la naturaleza también hay poliploidía, hibridación y reproducción vegetativa, pero nunca se daría la transferencia directa de material genético entre especies, familias, o incluso reinos, extraños.
4.¿Qué es el material genético? El material genético de los seres vivos, o genoma, está compuesto por cadenas de una molécula llamada ADN (ácido desoxirribonucleico) formada por compuestos más pequeños (nucleótidos); del orden en que se suceden los diversos tipos de nucleótidos en esas cadenas de ADN depende qué tipo de proteínas podría producir ese ser vivo.
5.¿Qué técnicas emplea la industria transgénica para crear los OGM? La industria transgénica trabaja por medio de la inserción de trozos de material genético extraño, llamados eventos, dentro del material genético de la planta (o animal) huésped, mediante el empleo de vectores, es decir, de microorganismos en cuyas cadenas de ADN se ha introducido el evento, y que infectan a las células del huésped transfiriéndoles su ADN, que se integra dentro de las cadenas de ADN que constituyen el material genético del huésped. El evento, o secuencia que se implanta en el proceso, consta de varios genes: promotor, gen responsable del carácter comercial buscado, marcador y terminador.
6.¿Qué microorganismos se emplean como vectores? En vegetales se emplea universalmente el plásmido (porción de ADN en forma de círculo) Ti de la bacteria Agrobacterium tumefaciens, que penetra en las células vegetales y se integra en su genoma (causa tumores, pero el plásmido usado en manipulación genética ha sido modificado suprimiendo el gen responsable de su patogenicidad). En animales se emplean diversos virus que transfieren su ADN al genoma del huésped cuando lo infectan.
7.¿Qué tipo de genes son responsables del carácter comercial buscado? El 75% de las variedades comerciales de OGM tienen el gen Round Up Ready, procedente de bacterias del género Agrobacterium, que confiere resistencia al herbicida glifosato (cuyo nombre comercial es Round Up) y cuya patente es propiedad de la compañía Monsanto, la misma que obviamente comercializa las semillas de variedades Round Up Ready; el 17% tienen el gen BT, procedente de la bacteria Bacillus thuringiensis, que induce la fabricación por la planta de una toxina activa contra insectos; el 8% tienen ambos.
8.¿Qué es el gen promotor? Es un gen necesario para que el gen implantado se exprese dentro del genoma del huésped. El promotor universal en la práctica totalidad de las variedades comerciales es el CaMV-35S, obtenido del virus del mosaico de la coliflor.
9.¿Por qué es la expresión génica tan problemática en los OGM? Gran parte del genoma de los seres vivos no siempre se expresa. La ignorancia de los mecanismos por los que ciertos genes se expresan y otros no, y en función de qué circunstancias, es una de las grandes lagunas de la mejora genética. En sus comienzos la manipulación genética no obtenía resultados porque los genes insertados nunca se expresaban, hasta que se introdujo el empleo de los genes promotores. Aún así, resulta imposible predecir el comportamiento de los nuevos genes introducidos en ecosistemas complejos, siendo frecuentes los fracasos en cultivos OGM por falta de expresión estable.
10.¿Qué es el gen marcador? Es un gen necesario en el proceso de implantación del evento en el huésped, para poder distinguir las células en que se ha implantado de las que no. Se suelen emplear genes que confieren resistencia a un antibiótico, para poder seleccionar in vitro las células que sobrevivan en presencia de ese antibiótico, y sacar a partir de ellas el nuevo OGM.
11.¿Son peligrosas las técnicas empleadas por la industria transgénica para crear OGM? Las construcciones artificiales de genes tienden a ser estructuralmente inestables, y por lo tanto son propensas a romperse espontáneamente y a unirse o recombinarse con otros genes. Los mismos mecanismos que permiten que las construcciones de genes extraños salten dentro del genoma del huésped, también les permiten volver a saltar fuera y reinsertarse en otro sitio, o en el genoma de otro ser vivo. Por ello el ADN transgénico tiene muchas probabilidades de propagarse horizontalmente, preferiblemente hacia microrganismos (bacterias o virus), generando contaminación genética.
12.¿Qué es la contaminación genética? La transmisión de la modificación genética a otros seres vivos. Se ha constatado transmisión a través del polen a especies silvestres emparentadas con la planta transgénica, como es el caso de la colza OGM a plantas silvestres de la familia de las crucíferas. También existe riesgo de transferencia horizontal del ADN modificado desde los residuos de las cosechas a los microorganismos del suelo, o a los microorganismos presentes en el tubo digestivo de los animales que consuman alimentos OGM, lo que tendría efectos devastadores e imprevisibles sobre la fertilidad de los suelos o sobre la salud humana y animal.
13.¿Por qué es tan grave que haya riesgo de contaminación genética? Al tratarse de seres vivos, la contaminación genética tiene la capacidad de reproducirse y expandirse sin control. Una vez en el medio ambiente, la contaminación ya no se podrá limpiar. Una contaminación química con una sustancia de síntesis en cambio puede pararse y reducirse paulatinamente si se deja de fabricar.
14.¿Cuáles son los riesgos del cultivo de OGM sobre la agricultura y el medio ambiente? Además de la contaminación genética, el incremento del uso de fitosanitarios, la contaminación por acumulación de toxinas en el medio y la aparición de plagas y malas hierbas resistentes.
15.¿Puede un agricultor que no cultive OGM protegerse de la contaminación genética procedente de cultivos OGM de la misma especie? La coexistencia sin contaminación entre cultivos OGM y normales es imposible, porque el polen de los OGM puede propagarse a campos situados a kilómetros de distancia. En caso de contaminación, si el agricultor afectado sembrara semilla de su propia cosecha, podría ser denunciado por piratería por la empresa transgénica propietaria de la patente del evento, aunque no hubiera sido responsable de esa contaminación ni hubiera tenido conocimiento.
16.¿Por qué se incrementa el empleo de fitosanitarios en los cultivos OGM? El objetivo de las variedades resistentes a fitosanitarios es que se gaste más producto, no menos. Los cultivos Round Up Ready pueden soportar aplicaciones reiteradas y directas de glifosato para que las malas hierbas puedan ser combatidas de forma química aún con el cultivo adulto. No es por ello extraño que la casa comercial que poseía la patente del glifosato fuera la misma que obtuvo el evento Round-Up-Ready. Por otra parte, con las plantas Bt no se ha verificado una reducción del uso de agroquímicos.
17.¿Qué efectos tienen sobre el medio ambiente las toxinas generadas por los OGM? La presencia constante de la toxina Bt constituye un peligro para los insectos que se alimentan de su polen, entre ellos los polinizadores, particularmente los lepidópteros (como es el caso constatado de la mariposa monarca). Los exudados radiculares de plantas Bt afectan gravemente a los microorganismos del suelo y por ello influyen negativamente sobre la fertilidad del suelo.
18.¿Qué efecto tiene la aparición de resistencias por selección en las plagas o malas hierbas? El de acabar volviendo inútiles a los OGM. Ese mecanismo es habitual en el caso de fitosanitarios químicos, tanto más frecuente cuanto mayor sea la presión de selección. Con la toxina Bt transgénica esa presión es permanente a todo lo largo del ciclo de cultivo, lo que lleva a la aparición de insectos resistentes a la toxina. Así mismo, debido al uso reiterado de glifosato las plantas silvestres adquieren tolerancia a ese herbicida (supermalas hierbas), como se ha constatado con el Lolium rígidum en Australia y el amaranto en Estados Unidos.
19.¿Por qué es tan peligrosa la toxina Bt en los OGM, si el Bacillus thuringiensis es un fitosanitario de origen natural ampliamente empleado en agricultura ecológica? El Bacillus thuringiensis empleado tradicionalmente en agricultura ecológica es altamente selectivo, porque únicamente se activa en el aparato digestivo de las larvas de lepidópteros y otros insectos bajo la acción de ciertas enzimas digestivas, mientras que la toxina Bt de los OGM está activa siempre y contra todo tipo de insectos. La frecuencia esporádica con que se aplica Bacillus thuringiensis en un cultivo ecológico tampoco es comparable con la presencia continua de la toxina Bt activa en un OGM.
20.¿Cuáles son los riesgos del cultivo y consumo de OGM sobre la salud humana y animal? Además de la contaminación genética y del incremento del uso de fitosanitarios, la aparición de nuevos tóxicos y de nuevas alergias.
21.¿Es grave el riesgo de contaminación genética sobre la salud humana y animal? Es particularmente grave, porque la transferencia horizontal de ADN podría provocar la reactivación y recombinación con virus dormidos (presentes en todos los genomas), generando nuevos virus infecciosos; la generación de resistencias a antibióticospor parte de bacterias patógenas, ya que el ADN transgénico contiene genes marcadores con resistencia a antibióticos; y la desestabilización de los genomas a los cuales se hubieran transferido los transgenes.
22.¿Por qué pueden aparecer nuevas alergias? Porque se están introduciendo en la cadena alimentaria o en polen disperso en el aire nuevas proteínas a las que nunca antes habían estado expuestos los seres humanos.
23.¿Se ha demostrado la toxicidad de los alimentos OGM? El consumo de OGM ricos en la toxina Bt activa provoca serios trastornos en el crecimiento de ejemplares jóvenes y en el desarrollo de algunos de sus órganos vitales, y en su respuesta inmunológica, como demostró el bioquímico Arpad Pusztai trabajando con ratones alimentados con patatas OGM. Recientemente el biólogo molecular Gilles-Eric Seralini demostró que ratones alimentados con maíz Round Up Ready eran notoriamente más propensos a generar tumores.
24.¿Qué consecuencias de tipo social y económico tiene el cultivo de OGM? El modelo de producción agrícola que se pretende imponer con los OGM, basado en el monocultivo no ya de una especie, sino de unos pocos genomas, es incompatible con los agrosistemas tradicionales sostenibles y/o ecológicos en todo el mundo, que se basan en la biodiversidad, con un registro muy rico de variedades específicas y adaptadas a las condiciones locales, incluyendo resistencia a plagas, enfermedades y condiciones climáticas desfavorables.
25.¿Son necesarios los OGM para luchar contra el hambre? No ha sido el incremento de la productividad a corto plazo sin tener en cuenta las consecuencias a largo lo que salva del hambre a la Humanidad, sino el respeto a la soberanía alimentaria de cada región y país. En las condiciones actuales de organización de los mercados, un aumento de la producción no serviría para abastecer a los más necesitados sino para alimentar a las ganaderías de los países ricos, aumentando la concentración de la riqueza y el monopolio de unas pocas multinacionales del Norte sobre la producción de alimentos. Informe Greenpeace-Amigos de la Tierra 2005
26.¿Podrían servir los OGM para mejorar las variedades locales, insertándoles genes que mejoraran su contenido nutritivo? El déficit en micronutrientes en las dietas de muchos países en vías de desarrollo está directamente relacionado con la falta de biodiversidad agropecuaria y es consecuencia de la falta de verduras, de frutas y de alimentos frescos. Este modelo de agricultura que fomenta el monocultivo no hará sino acentuar estos problemas. Informe Greenpeace-Amigos de la Tierra 2005
27.¿Podrían servir los OGM para mejorar las variedades locales, insertándoles genes que les confirieran resistencia a sequía o a enfermedades? Las causas reales del hambre son la pobreza, la desigualdad y la falta de acceso a los alimentos y a la tierra. Cualquier método diseñado para reforzar la producción de alimentos, pero que agudice esta desigualdad, haciendo a los agricultores más dependientes de un sector de agronegocios que concentra cada vez más poder sobre el sistema alimentario, fracasará en reducir el hambre. Miguel Angel Altieri, 2003
28.¿Por qué, si tan nefastos son los OGM, algunos han sido autorizados por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria EFSA? Los mecanismos de evaluación de los riesgos de los transgénicos no son fiables en un contexto de rigurosidad científica ni ética. La EFSA ha recibido críticas por parte del Tribunal de Cuentas sobre la inadecuada gestión de los conflictos de interés, ya que muchos de sus directivos han debido abandonar sus cargos por vínculos con la industria trnasgénica, estando algunos de ellos implicados directamente en tratos de favor hacia estas empresas. Decálogo de SEAE sobre los transgénicos, febrero 2013
29.¿Por qué no se conforman los adversarios de los OGM con dejar ellos mismos de consumir ese tipo de alimentos, ya que de acuerdo con la normativa vigente los alimentos OGM destinados a consumo humano están explícitamente etiquetados como tales? Los consumidores en su gran mayoría manifiestan su rechazo a los alimentos OGM, sin embargo los mecanismos legales actuales son claramente insuficientes y contrarios al derecho de la ciudadanía a elegir una alimentación libre de transgénicos. La regulación europea sobre etiquetado es sumamente engañosa al no exigir el etiquetado de la carne y productos de origen animal (leche, huevos, quesos, etc.) que provienen de animales que han sido alimentados con piensos y granos transgénicos. Una alimentación libre de transgénicos es un derecho fundamental que está siendo vulnerado.
30.¿Tienen los adversarios de los OGM razones ideológicas para oponerse a la industria transgénica? En la medida en que la industria transgénica pretenda imponer en el mundo un modelo de producción agraria insostenible, la industria transgénica estará enfrentada ideológicamente contra los principios y los objetivos de la Agroecología.
La agricultura siempre fue ecológica, es decir siempre fue una actividad sustentable. De otra forma, no hubiera perdurado 10.000 años desde el neolítico hasta prácticamente la actualidad. La agricultura química es un breve paréntesis en la historia de la Humanidad, tras el que la agricultura continuará siendo ecológica. La agricultura química fue el primer planteamiento científico de la agricultura, surgiendo posteriormente las diversas agriculturas alternativas como reacción frente a las consecuencias que su aplicación tecnológica acarrea.
La Agricultura química
La agricultura química surge a mediados del siglo XIX con los trabajos del químico alemán Justus von Liebig (1803-1873), quien demostró que la nutrición de las plantas dependía del CO2 de la atmósfera y de ciertos elementos químicos necesarios para la nutrición de las plantas presentes en el suelo y absorbidos a través de la raíz en forma mineral y soluble: nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, magnesio y hierro (más adelante serían añadidos el resto de oligoelementos: boro, manganeso, zinc, cobre y molibdeno). Hasta entonces era comúnmente aceptada la teoría del humus, establecida por Aristóteles, de que las plantas tomaban todos los nutrientes necesarios (incluido el carbono) directamente de la materia orgánica del suelo. Liebig propuso que el aumento de la productividad agrícola sería directamente proporcional a la cantidad de sustancias químicas incorporadas al suelo y estaría limitada por el elemento más escaso de acuerdo a las necesidades de las plantas (Ley del Mínimo), y que no dependía de la materia orgánica del suelo.
Liebig estaba profundamente preocupado porque ya en su época era notorio que la concentración de la población en zonas urbanas, debido a la creciente industrialización, provocaba una concentración de nutrientes en las ciudades, en forma de basuras y residuos contaminantes, y un empobrecimiento de los suelos en las zonas agrícolas; lo cual influyó en Marx (conocedor de la obra de Liebig), quien señaló que el capitalismo aplicado a la agricultura provocaba una fractura metabólica entre la ciudad y el campo, arruinando tanto la fuerza de trabajo como la fuerza natural del suelo.
La teoría de Liebig es rigurosamente cierta desde el punto de vista de la química inorgánica, pero adolece de una grave limitación: es la teoría de alguien que no creía en los microorganismos. Liebig se pasó gran parte de su vida polemizando con su contemporáneo Pasteur (1822-1895), el padre de la microbiología, acerca de si los procesos de fermentación del vino y de la cerveza, o de la descomposición de la materia orgánica, eran ocasionados únicamente por reacciones químicas, o si eran debidos a la acción de microorganismos vivos. Fue Pasteur quien demostró que la nitrificación es un proceso bacteriológico que permite que el nitrógeno sea reciclado permanentemente por microorganismos que a su vez se alimentan de materia orgánica. La microbiología del suelo es la base de la edafología: nada puede saber de la formación y de la mineralización del humus, de la materia orgánica como fundamento de la estructura del suelo, de la pauta de los nutrientes en el suelo, quien ignore que el suelo está vivo.
Si no podemos controlar los problemas cada vez peores que uno tras otro iremos teniendo por ignorar al suelo, el siguiente paso es prescindir de él completamente. Eso es el cultivo hidropónico, como trato más ampliamente en otro post "La insostenibilidad en la agricultura química - el cultivo hidropónico".
La grandeza de la ciencia es que si a un científico, por muy escéptico que fuera, le demuestran algo científicamente, es decir de forma medible, cuantificable, reproducible y comprobable, este señor científicamente se lo tiene que creer. Fue lo que acabó reconociendo Liebig en 1865 en el prólogo de una de sus obras, lo que se conoce como su "testamento":
Por desgracia, la verdadera belleza de la agricultura, con sus principios intelectuales estimulantes, es mayoritariamente subestimada. El arte de la agricultura se perderá a causa de ignorantes, no científicos y miopes maestros que convencerán a los agricultores para que depositen todas sus esperanzas en remedios universales que no existen en la naturaleza. Siguiendo su consejo, cegado por resultados a corto plazo, los agricultores se olvidarán del suelo y perderán de vista su valor intrínseco y su influencia. De buen grado admito que el uso de fertilizantes químicos se basa en supuestos que no existen en el mundo real. Se suponía que los fertilizantes debían conducir a una revolución agrícola completa. El estiércol tenía que ser completamente abandonado, y los fertilizantes minerales se iban a utilizar para reemplazar los minerales absorbidos por los cultivos. Los fertilizantes agrícolas harían posibles los mismos cultivos (trébol, trigo, etc) en el mismo campo, continuada e indefectiblemente según los necesidades de los agricultores. He pecado contra la sabiduría del creador y, con justicia, he sido castigado. Deseaba mejorar su trabajo porque, en mi ceguera, creí que había sido olvidado un eslabón en la sorprendente cadena de leyes que gobiernan y renuevan constantemente la vida sobre la superficie de la Tierra, y que yo, pobre gusano desvalido, tenía que proporcionar ese eslabón perdido.
El gran problema es que no siempre la ciencia y la tecnología marchan al unísono. Unas veces está muy adelantada la ciencia pero no se ha desarrollado tecnología que la ponga en práctica, otras veces la tecnología camina por su cuenta aunquesu base científica sea pobre. Es el caso de los fertilizantes químicos: aún basados en una teoría científica superada, la tecnología para su fabricación y empleo en gran escala se desarrolló con ocasión de las dos guerras mundiales de la primera mitad del siglo XX.
El empleo a gran escala de fertilizantes nitrogenados de síntesis no empezó más que después de 1918. Aunque la agronomía oficial admitía ampliamente la teoría de Liebig, la agricultura siguió siendo prácticamente orgánica hasta esa fecha, sin que hubiera gran demanda, salvo en cultivos "de lujo" como el plátano, por el abonado mineral. La única fuente natural de fertilizantes nitrogenados solubles era (y sigue siendo) el nitrato sódico extraído de minas a cielo abierto en el desierto de Atacama, en Chile. El punto esencial es que el nitrato sódico es un ingrediente imprescindible de la pólvora. En forma de ácido nítrico, es un ingrediente esencial para fabricar los compuestos organonitrogenados, base de la industria de explosivos: nitroglicerina, dinamita, trinitrotolueno, nitrocelulosa, etc. Alemania a comienzos del siglo XX dependía para su industria de explosivos del nitrato de Chile que había que traer de ultramar a través de océanos dominados por la potencia naval de Gran Bretaña, su gran adversario. La necesidad imperiosa de sintetizar nitratos para fabricar explosivos fue la que estimuló a los químicos de Alemania. En 1905, trabajando de forma independiente, los químicos Haber y Bosch descubrieron la forma de sintetizar amoniaco a partir de nitrógeno atmosférico y de hidrógeno, a alta presión y temperatura en presencia de un catalizador de hierro, lo que se conoce como la síntesis de Haber-Bosch; a partir de amoniaco ya es facilísimo sintetizar ácido nítrico. Alemania nunca hubiera podido provocar la I Guerra Mundial sin ese descubrimiento. Durante la guerra los paises beligerantes desarrollaron espectacularmente la industria de fabricación de nitratos. Acabada la guerra, para que no quedara capacidad ociosa, se destinó el excedente a fertilizantes para la agricultura. La demanda de la agricultura por fertilizantes químicos nunca hubiera impulsado por sí sola esta tecnología, pero una vez desarrollada la capacidad productiva y creada la oferta, había que mantener y aumentar la demanda.
Aún en su fase incipiente, la insostenibilidad de este modelo ya era evidente a mediados de los años 20 del siglo pasado. El siguiente desarrollo tecnológico de la agricultura química es el descubrimiento y difusión de los plaguicidas de síntesis, que también comenzó como una tecnología con finalidad bélica a la que posteriormente se le dio una aplicación agrícola. El tercer y último desarrollo del modelo químico es la industria de los OGM.
Las alternativas a la agricultura química surgen a lo largo del siglo XX; cronológicamente:
·El filósofo austriaco Rudolph Steiner (1861-1925) publica en 1924 su “Curso sobre Agricultura Biológico-Dinámica”, creando el sistema de la agricultura biodinámica bajo consideraciones no todavía científicas, sino de tipo metafísico.
·El agrónomo inglés Albert Howard (1873-1947) describe en 1931 el método Indore de compostaje, resultado de sus investigaciones en laIndia entre 1899 y 1931, con lo que funda el movimiento de la agricultura orgánica.
·El agricultor suízo Hans Müller (1891-1988) y el médico y microbiólogo alemán Hans-Peter Rusch (1906-1977), desarrollan en Suiza a partir de 1951 el método biológico-ecológico.
·El agrónomo francés Claude Aubert (1936) publica en 1970 “La Agricultura Biológica”, fuertemente influido por el patólogo vegetal Francis Chaboussou (1908-1985), quien definió en 1969 la teoría de la trofobiosis.
·El agrónomo japonés Masanobu Fukuoka (1913-2008) publica en 1975 “La revolución de una brizna de paja” tras un retiro de 30 años cultivando su finca; El biólogo australiano Bill Mollison (1928) define en 1974 el concepto de permacultura, y contribuye a difundir la obra de Fukuoka.
·El agrónomo chileno Miguel Altieri (1950) define en 1983 el concepto de Agroecología. Es la ciencia que promueve la práctica de la agricultura de forma sustentable y la estudia desde un enfoque holístico.
La agricultura biodinámica
Steiner fue el fundador de la Antroposofía, movimiento filosófico que se escindió de la Teosofía, que a su vez provenía de las revelaciones recibidas por Helena Blavatsky (1831-1891); la Teosofía pretende alcanzar el conocimiento de Dios a través del auto-desarrollo espiritual.
Steiner aplicó sus teorías filosóficas a las demandas concretas de algunos agricultores, que observaban que el rendimiento de sus cosechas disminuía y que las enfermedades de sus animales aumentaban, poniendo a punto un método de cultivo sostenible. Llegados a este punto, aclaro que el hecho de que un conocimiento no sea científico no significa necesariamente que sea falso. Hay fenómenos en el mundo que son verdaderos, pero que no pueden ser demostradas de forma científica: no son cuantificables ni medibles, no pueden ser reproducidos experimentalmente de forma que quien no se los crea los pueda comprobar objetivamente por sí mismo, no han sido formuladas leyes los que expliquen. De unos puede esperarse que alguna vez sean demostrados científicamente, si se llegara a poder medir, cuantificar y reproducir esas energías de las que esos fenómenos dependen; de otros nó, por su naturaleza subjetiva (sólo sirve si el que lo ejecuta lo realiza personalmente y cree en ello) o por no poderse reproducir (las condiciones zodiacales nunca vuelven a ser exactamente las mismas ni pueden aislarse del resto de influencias climáticas).
La doctrina de Steiner sostiene que sobre el suelo, las plantas y la atmósfera obran un conjunto de fuerzas inteligentes que están más allá del mundo de la materia, y que se manifiestan a través de los ritmos que la Luna y los planetas imponen a la vida sobre la Tierra.
Quien lea a Steiner tendrá la impresión de que no considera al sílice, al calcio, al nitrógeno o al fósforo como elementos químicos, sino como entidades angélicas mediante las que las fuerzas cósmicas influyen sobre los cultivos. Steiner tiene el acierto de considerar que una explotación agraria es como un organismo vivo en el que, en condiciones normales, todos sus órganos debieran estar en equilibrio entre sí: toda finca debe ser abonada con el estiércol de su propio ganado, y este ganado debe ser alimentado con el producto de los forrajes que produce la finca. Con ésto intuye unos de los principios de la agroecología, sólo que Steiner lo aplicaba a una explotación agraria individual, mientras que la moderna agroecología concibe la autosuficiencia como cooperación entre los agricultores y ganaderos de una localidad o de una comarca. Sólo cuando hay un desequilibrio debe el hombre corregirlo mediante ciertos preparados con efecto energético extraordinariamente diluidos (al modo homeopático) conlos que se activa el compost con el que se fertiliza el suelo:
·Preparados a base de ciertas plantas medicinales (milenrama, manzanilla, ortiga, roble, diente de león y valeriana)
·Preparados a base de estiércol puesto a fermentar dentro de un cuerno de vaca enterrado varios meses en el suelo de la finca (se supone que las vacas absorben a través de sus cuernos ciertas energías cósmicas)
·Preparados a base de la ceniza resultante de incinerar semilla de malas hierbas o insectos plaga
Es importante que la dilución y agitación de los caldos sea hecha personalmente por el agricultor interesado (no serviría si se hiciera con batidora mecánica), en las fechas indicadas para cada cultivo o labor, según la posición de la Luna y los planetas en el calendario biodinámico. Dicho calendario está basado en el movimiento de la Luna alrededor de la Tierra, en su ciclo de 27 días pasando a través de las doce regiones astronómicas señaladas por la correspondiente constelación del Zodíaco. Según sea el signo zodiacal a través del que transite la Luna ese día, si de fuego, tierra, aire o agua, así corresponderá sembrar ese día plantas de flor, de raíz, de tallo o de hoja.
La agricultura orgánica
Albert Howard, agrónomo inglés destinado en la India, donde trabajó de 1899 a 1931 investigando en centros oficiales, primero en Pusa y luego en Indore, tuvo la oportunidad de experimentar libremente sin las cortapisas que hubiera tenido en Gran Bretaña. Howard llegó a sus conclusiones a través de dos vías de investigación distintas: por un lado, observó que la resistencia de las plantas a las plagas y enfermedades dependía principalmente de la fertilidad del suelo, y que los parásitos no eran más que un efecto secundario, “consecuencia del hundimiento de un sistema biológico complicado, debido a métodos de cultivo inadecuados, al agotamiento del suelo, o a la reunión de estos dos inconvenientes”; por otra parte, observó que mediante mejora vegetal apenas podía conseguir un incremento en el rendimiento del 10%, y ello a costa de empobrecer los frágiles suelos de la India, mientras que una conveniente provisión de humus en el suelo podía asegurar incrementos del 100% e incluso más; los agricultores locales jamás empleaban, en la época de Howard, fertilizantes químicos, pero devolvían a la tierra todos los residuos vegetales y animales, cuidadosamente acumulados, que podían. Parte importante del problema era que la investigación agronómica estaba separada en especialidades sin relación entre sí. En el instituto de investigación de Pusa la fertilización, la fitopatología, la entomología y la mejora vegetal dependían de departamentos diferentes, pero en Indore Howard pudo integrar todas estas líneas de investigación entre sí y con el estudio de las prácticas agrarias locales.
Howard desarrolló el método Indore de compostaje, en zanjas u hoyos, y concluyó que la verdadera fertilidad de los suelos estaba en la incorporación de materia orgánica y principalmente en mantener niveles elevados de humus en el suelo.
“El humus fresco y preparado quizás sea lo más importante que tiene el agricultor, y tiene que vigilarlo como si se tratara de dinero. También contiene una parte de los animales de la plantación que, aunque sólo puedan observarse con el microscopio, reclaman tantos cuidados y tanta vigilancia como los cerdos que se ven a simple vista.”
La obra fundamental de la agricultura orgánica es su libro “Testamento Agrícola”, publicado en 1940. Su principal discípula fue Eva Balfour (1899-1990), fundadora de la Soil Asociation y autora de “La Tierra Viva”, donde sostiene que la acción del abono procedente del compost no se debe a los nutrientes vegetales que contiene sino a su reacción biótica, que tiene el efecto de modificar drásticamente la microflora del suelo. Su principal divulgador y continuador en Estados Unidos fue el edafólogo William Albrecht (1888–1974).
El método biológico-ecológico
Hans Müller y Hans-Peter Rusch desarrollaron en Suiza durante los años 50 un método propio, basado en el compostaje en superficie y en el laboreo mínimo. Rusch desarrolló un método para analizar la actividad microbiológica del suelo basado en el test de la transaminasa.
La agricultura biológica
La agricultura biológica se desarrolla en Francia a partir de los años 70, siendo su principal exponente Claude Aubert, investigador en el INRA durante muchos años y autor de numerosos y populares libros de divulgación. La agricultura biológica parte de un principio simple: las plantas y animales deber ser cultivados y tratados como seres vivos y no como máquinas de producir alimentos. El término Agricultura Biológica fue acuñado por Aubert como contraposición con lo que él denomina Agricultura Industrial.
La agricultura biológica destaca por la importancia que se le da al control biológico y al manejo integrado de plagas y enfermedades. El manejo integrado consiste en buscar para cada plaga o enfermedad sus puntos débiles donde poder atacarla, sea mediante medidas que favorezcan a los enemigos naturales de los insectos plagas, sea haciendo sueltas directamente de esos enemigos, sea mediante labores de cultivo o prácticas que favorezcan la biodiversidad, procurando usar más de un método de control pero de forma que la combinación de todos ellos contribuya al mismo fin.
Claude Aubert fue fuertemente influenciado por el trabajo del biólogo Francés Francis Chaboussou, responsable de la teoría de la Trofobiosis: la vulnerabilidad de las plantas a las plagas es un problema de equilibrio nutricional; los agrotóxicos y los abonos minerales solubles interfieren en la síntesis de proteínas y al hacer aumentar la concentración de aminoacidos en la savia favorecen la sensibilidad de la planta ante los ataques de insectos y hongos. De esta forma, los factores nutricionales también influyen en la incidencia de plagas y enfermedades y forman parte por tanto delmanejo integrado. La resistencia de la planta a las enfermedades depende de su capacidad de producir fitoalexinas (toxinas específicas contra esas enfermedades), pero los agrotóxicos y los fertilizantes solubles en cambio interfieren en el metabolismo de las plantas y bloquean estos mecanismos de defensa. Por ejemplo, Chaboussou demostró que un viñedo tratado con un fingicida contra el mildiu luego era más propenso a los ataques de oidio, aunque fuera un hongo de una familia completamente distinta, que se trata con otro tipo de fungicidas, y que ataca cuando se dan condiciones climáticas completamente distintas.
Una aplicación reciente de la trofobiosis, prácticamente contemporánea, son los productos naturales obtenidos a partir de extractos vegetales, animales o de microorganismos, que son activadores de las funciones fisiológicas, bien porque su aplicación permite un mejor aprovechamiento de los nutrientes en situaciones de stress, bien porque inducen en la planta mecanismos de resistencia frente a plagas y enfermedades (elicitores).
Cualquiera puede poner a fermentar extractos vegetales con los microrganismos adecuados y hacer un caldo de nutrientes que tenga efecto bioestimulante. Hay muchísimos bioestimulantes, precísamente la gran potencialidad que tienen es que en cualquier país se pueden fabricar con los recursos locales sin deberle nada en concepto de patente a nadie; tanto como que su síntesis está al alcance de cualquier agricultor con recursos que obtenga de su propia finca, así para los productos tradicionales como las maceraciones o los purines de plantas como la hortiga, la cola de caballo, la capuchina, etc, así para innovaciones recientes como el té de compost.
Los creadores del método, trabajando cada uno independientemente del otro aunque luego han cooperado, son el japonés Masanobu Fukuoka y el australiano Bill Mollison.
Fukuoka llama a su escuela, profundamente impregnada de pensamiento budista, "La Agricultura del No Hacer". Su método y cómo llegó a él se describe en su libro "La Revolución en una brizna de paja".
Mollison define su método como el que es intensivo en información, en contraposición con los métodos convencionales que o son intensivos en capital, o son intensivos en trabajo. Uno de sus lemas es que lo que sólo tiene una única utilidad es malo. Su libro “Introducción a la permacultura” es de los mejores tratados que hay sobre agricultura ecológica.
Los permacultores no tienen necesidad de tratar sus cultivos contra plagas ni enfermedades porque, aparte de que sólo cultivan lo que se da en la época y en el terreno, lo hacen asociando hasta 6 o 7 especies distintas en el mismo metro cuadrado de cantero, reproduciendo la misma biodiversidad que podría tener un ecosistema climásico; podan sus árboles frutales lo menos posible; no cavan, ni aporcan, ni aran la tierra, ni entierran abonos, ni hacen compost en montón, sino que extienden sobre la superficie restos vegetales y materias orgánicas diversas (preferentemente del propio culivo) para que se haga mantillo de la forma más parecida a como tendría lugar en un terreno no agrícola (compostaje en superficie); asocian árboles y arbustos con cultivos herbáceos para abonar el suelo con la hojarasca y ramaje obtenidos en la poda; Procuran dejar que parte de las plantas se espiguen para que el cultivo se ensemille solo y continúe saliendo de risa; si han de labrar el terreno, sueltan gallinas, patos o cochinos en los canteros para que escarben al comerse el rastrojo. Contra lo que pudiera pensarse, los rendimientos (sumando todos los cultivos asociados) no desmerecen de los que podrían obtenerse con métodos convencionales.
La agricultura comenzó en climas cálidos (Oriente medio, la India, el sudeste asiático, Centroamérica, la zona andina) y sus primeros aperos agrícolas no eran más que palos para hacer agujeros donde sembrar o trasplantar. Fue cuando se extendió hacia el norte a climas templados que se hizo necesario arar profundamente el terreno; al voltear el terreno se favorece la aireación y por ello la actividad microbiana, deprimida por el frío. La agricultura no se extendió a Europa más que después de haberse inventado el arado. Por eso la agricultura intensiva en trabajo o en capital es un invento europeo; por eso la permacultura es en cambio el método ideal para los trópicos.
Agroecología
La agroecología es la disciplina científica que se basa en la aplicación de los conceptos y principios de la ecología al diseño, desarrollo y gestión de sistemas agrícolas sostenibles. Es holística porque define, clasifica y estudia los sistemas agrícolas desde una perspectiva no sólo agronómica, sino también ecológica y socioeconómica. Según la define el propio Miguel Altieri, la agroecologia es:
“una disciplina o un modo de interpretar y proponer alternativas integrales y sustentables en la realidad agrícola, respetando las interacciones que se dan entre los diversos factores participantes de los agroecosistemas, incluyendo a los elementos relativos a las condiciones sociales de producción y distribución de alimentos. Su vocación es el análisis de todo tipo de procesos agrarios en un sentido amplio, donde los ciclos minerales, las transformaciones de la energía, los procesos biológicos y las relaciones socioeconómicas son investigadas y analizadas como un todo”( Miguel Altieri, 1983)
La agroecología se propone entre sus objetivos:
·Sustentabilidad (perdurabilidad): satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer la capacidad de satisfacer las de las generaciones futuras; conseguir que la actividad agraria pueda mantenerse indefinidamente en el tiempo.
·Soberanía alimentaria: cada comunidad tiene el derecho de producir lo necesario para su alimentación, sin que se le tengan que imponer monocultivos
·Conservación de la biodiversidad, tanto agraria como natural
·Conservación de los recursos: la agricultura química explota recursos no renovables, por lo que no es sustentable.
·Equidad: estabilidad social
·Desarrollo económico
Parte del enfoque agroecológico es establecer un diálogo de saberes entre el conocimiento tradicional de los agricultores y la ciencia moderna. Promueve la investigación participativa.
Antes de que hubiera ingenieros agrónomos los campesinos de todo el mundo durante miles de años perduraron cooperando con la naturaleza. Sólo se desviaron cuando la superpoblación los obligó a esquilmar el medio por encima de lo sostenible (sostenible es un anglicismo que viene de sustainable, que traducido literalmente debería decirse “perdurable”), o cuando pusieron en cultivo terrenos que no eran óptimos, o cuando instancias superiores les obligaron al monocultivo.